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El Papa pide la intercesión de ocho nuevos beatos españoles en catalán y castellano

El Papa Benedicto XVI veneró en la basílica de San Pedro del Vaticano las reliquias de los ocho nuevo beatos españoles, y ha pedido, en castellano y en catalán, para que intercedan por las vocaciones sacerdotales y el crecimiento en las virtudes cristianas de todos los fieles, al final de la ceremonia. Este sábado han sido beatificados los sacerdotes José Tapies Sirvant, Pascual Araguás Guardia, Silvestre Arnau Pascuet, José Boher Foix, Francisco Castell Brenuy, Pedro Martret Moles y José Juan Perot Juanmartí y la monja María de los Angeles Ginard Martí, de la Congregación de las Hermanas Celadoras del Culto Eucarístico, asesinados en 1936.

El Papa Benedicto XVI veneró en la basílica de San Pedro del Vaticano las reliquias de los ocho nuevo beatos españoles, y ha pedido, en castellano y en catalán, para que intercedan por las vocaciones sacerdotales y el crecimiento en las virtudes cristianas de todos los fieles, al final de la ceremonia. Este sábado han sido beatificados los sacerdotes José Tapies Sirvant, Pascual Araguás Guardia, Silvestre Arnau Pascuet, José Boher Foix, Francisco Castell Brenuy, Pedro Martret Moles y José Juan Perot Juanmartí y la monja María de los Angeles Ginard Martí, de la Congregación de las Hermanas Celadoras del Culto Eucarístico, asesinados en 1936.
L D (EFE) Retomando la tradición papal de sólo presidir canonizaciones, Benedicto XVI no presidió las beatificaciones, que hizo en su nombre el cardenal José Saraiva Martins, pero sí acudió a venerar las reliquias de los nuevos beatos. Acogido con grandes aplausos y vivas, el Papa dijo que le era "grato" unirse a los presentes, saludando a los obispos, entre los que se encontraban el cardenal de Madrid y los prelados de las diócesis catalana y balear, de donde eran los beatos, y a las autoridades españolas asistentes.

"El ejemplar grupo de sacerdotes de la diócesis de Urgell inmoló su vida durante la persecución religiosa en España por su fidelidad al ministerio sacerdotal, que ejerció con gran entrega en las comunidades parroquiales que tenían encomendadas. Dando testimonio de su condición sacerdotal y, perdonando a sus perseguidores, dieron su vida invocando al Rey del Universo", dijo en castellano.
Pasando después al catalán, el Papa dijo: "Que ells intercedeixin per la diócesi d'Urgell i les altres diócesis espanyoles, per les vocacions sacerdotals i religioses, i per el creixement de tots els fidels en les virtuts cristianes" ("Que ellos intercedan por la diócesis de Urgell y las otras diócesis españolas, por las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por el crecimiento de todos los fieles en las virtudes cristianas")

De la beata, nacida en la diócesis de Mallorca y perteneciente a las Hermanas Celadoras del Culto Eucarístico, resaltó que sufrió el martirio en Madrid durante la misma persecución. "Entregada totalmente al Señor en la vida religiosa, dedicaba largas horas a la adoración del Santísimo Sacramento, sin descuidar su servicio a la comunidad. Así se fue preparando para ofrecer su vida como expresión suprema de amor a Cristo", dijo.

Benedicto XVI subrayó que los nuevos beatos son para todos los católicos "un ejemplo vivo de identidad sacerdotal y de consagración religiosa". "Demos gracias a Dios por el gran don de estos testigos heroicos de la fe. ¡Beatos Josep Tápies y compañeros, y beata María de los Ángeles, rogad por las comunidades eclesiales de Urgell, de Madrid, de Mallorca, y de toda España! Amén", concluyó Joseph Ratzinger.

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