L D (EFE) "Os invito a que os esforcéis estos días a servir sin reservas a Cristo, cueste lo que cueste. El encuentro con Jesucristo os permitirá disfrutar interiormente la alegría de su presencia viva y vivificante, para testimoniarla después en vuestro entorno. Que vuestra presencia en esta ciudad sea el primer signo de anuncio del Evangelio mediante el testimonio de vuestro comportamiento y alegría de vivir", dijo el Papa a los jóvenes congregados a la orilla del río.
Durante su mensaje, leído por el Pontífice en idiomas diferentes (alternando párrafos en alemán, inglés, francés, español e italiano), saludó especialmente a los jóvenes "venidos de Oriente, que esperan, sin saberlo, que aparezca en su cielo la estrella que los conduzca a Cristo" y a los que "no han recibido el bautismo".
El Pontífice instó a los jóvenes a recobrar en estos días "la experiencia vibrante de la oración como diálogo con Dios". "Quisiera decir a todos insistentemente: abrid vuestro corazón a Dios, dejad sorprenderos por Cristo. Dadle el 'derecho a hablaros' durante estos días. Abrid las puertas de vuestra libertad a su amor misericordioso. Presentad vuestras alegrías y vuestras penas a Cristo", añadió.
Recorrido en barca
Sus palabras fueron pronunciadas frente al embarcadero de Poller Rheinwiesen, en el río Rhin. El Papa participó en la tarde de este jueves en una navegación a lo largo de 10 kilómetros, a bordo del barco "RheinEnergie", de 90 metros de eslora. Benedicto XVI viajaba sentado en una silla en la popa del barco y rodeado por 60 jóvenes de todas las nacionalidades, vestidos con trajes tradicionales.
Una orquesta a bordo con un coro tocó durante el trayecto y los jóvenes entonaron cantos. El barco del Papa estaba escoltado por otros cinco barcos, que representaban los cinco continentes y en los que viajaban algunos jóvenes, así como unos 40 cardenales y obispos de todo el mundo. Durante el recorrido, el Papa se levantó varias veces para saludar a los cientos de miles de jóvenes que llevaban horas esperandole a la orilla del río.
Recuerdo a Juan Pablo II
En un momento de su discurso, Joseph Ratzinger quiso recordar con emoción al "tan querido por todos" Juan Pablo II, explicando cómo "tuvo la idea brillante de convocar a los jóvenes de todo el mundo para celebrar juntos a Cristo" y destacando el dialogo que Karol Wojtyla mantuvo siempre con ellos.
"Este gran Papa supo entender los desafíos que se presentan a los jóvenes de hoy y, confirmando su confianza en ellos, no dudó en incitarlos a proclamar con valentía el Evangelio y ser constructores intrépidos de la civilización de la verdad, del amor y de la paz", afirmó Benedicto XVI, añadiendo que ahora le toca "recoger esta extraordinaria herencia espiritual que nos dejó el Papa Juan Pablo II".
El Papa realizó una comparación entre el viaje de los Reyes Magos y el actual viaje de los jóvenes y les indicó "que la felicidad que buscáis, la felicidad que tenéis derecho de saborear, tiene un nombre, un rostro: el de Jesús de Nazaret, oculto en la Eucaristía", invitándoles así a participar en el sacramento.