Cañizares confesó sentir un "dolor muy grande" por la aprobación de las leyes que permiten el matrimonio homosexual y aceleran los plazos del divorcio y advirtió de que "está en juego el hombre y la sociedad" y de que es "el momento de no callar" y de decir: "ese no es el camino; por ahí retrocedemos en humanidad". El arzobispo de Toledo, que cumple trece años de ministerio episcopal, dejó claro que la Iglesia "no va contra nadie", y mucho menos contra los homosexuales, a los que "queremos y queremos ayudar en todo", pero insistió en que "es necesario que resplandezca la verdad que nos hace libres".
Los ataques de "algunos medios" al Papa Benedicto XVI
Cañizares también lamentó "lo mal que están tratando algunos medios de comunicación" españoles al nuevo Papa, cuya reacción, aseguró, sorprende incluso a los profesionales de medios extranjeros que estos días desempeñan su labor en Roma. "¿Por qué?, ¿porque anuncia a Jesucristo?, ¿porque es de los crucificados y no de los crucificadores?", se preguntó antes de reclamar a los fieles católicos que "estemos plenamente con él" frente a esos "seguramente lobos" que quieren "atraparlo y desprestigiarlo".
"Qué ignominioso es cuando dicen de él: 'era un nazi'", continuó Cañizares, que insistió en que tampoco "podemos callar ante ello", porque a quienes le critican no les estorba este Papa, "les estorba cualquier Papa, les estorba Jesucristo". Recordó que Benedicto XVI es sabio, un hombre de la verdad, como Pedro, y por eso "recio y libre, y no busca componendas fáciles ni hace concesiones al tendido", por lo que "no calla a la hora de identificar los males que afligen a la cultura de nuestros días".
"Esa cultura que está entrañando una dictadura del relativismo, que carcome al hombre desde dentro, que carcome las sociedades occidentales, que verdaderamente está destruyendo las bases para que haya una paz en el mundo; el relativismo lleva a que no haya paz, el relativismo lleva al dominio de los poderosos", concluyó el vicepresidente de la Conferencia Episcopal.