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El incendio en una urbanización de Valencia avanza por el fuerte viento y arrasa 70 hectáreas

El incendio declarado este martes en una partida rural de la localidad valenciana de Llaurí avanza rápidamente por las fuertes rachas de viento, que llegan hasta los 40 kilómetros por hora. Dos hidroaviones del Ministerio de Medio Ambiente se han incorporado a los otros seis medios aéreos en las labores de extinción. Los Bomberos han establecido un Puesto de Mando en una gasolinera para coordinar las tareas de control y extinción del incendio, que podría haber arrasado ya setenta hectáreas de masa forestal.

L D (EFE) Fuentes del Consorcio Provincial de Bomberos han informado de que el incendio afecta ya a zona forestal de la partida de La Murta, en Alzira, tras avanzar desde la urbanización Sant Sofí de la citada población de la Ribera Baixa. En la zona trabajan ya, además de las dos nuevas incorporaciones, tres aviones Air Tractor, dos helicópteros de extinción y otro de coordinación, tres brigadas rurales de emergencia, seis brigadas de la Diputación de Valencia, siete vehículos pesados del Consorcio Provincial de Bomberos, seis técnicos y una veintena de bomberos.

Asimismo, el Consorcio ha establecido un Puesto de Mando Avanzado (PMA) para coordinar el trabajo de todos los efectivos para un incendio que comenzó poco antes de las nueve de la noche de este martes en una caseta situada en la urbanización residencial que da nombre a la citada partida rural.

Como medida de prevención, la Guardia Civil ordenó el desalojo de once vecinos de esta urbanización, mientras media docena más se ha marchado en la mañana de este miércoles de forma voluntaria ante la situación del incendio.

En este sentido, los vecinos de un chalé situado en la partida de Sant Sofí pasaron la noche escondidos en la parte trasera del inmueble, a oscuras, para no ser desalojados por la Guardia Civil ante el avance de las llamas. La alcaldesa de Llaurí, Ana María González, señaló que los miembros de esta familia, a quienes calificó de "imprudentes", explicaron que habían decidido hacer caso omiso del desalojo "porque no tenían adónde ir y no querían abandonar su casa". Finalmente se marcharon ante el avance de las llamas y la peligrosidad de la situación.

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