La granja afectada, con más de 11.000 pavos, donde las aves que no habían muerto fueron sacrificadas el jueves por la tarde, está situada en el perímetro de protección que las autoridades establecieron la semana pasada tras el descubrimiento del cadáver del primer pato silvestre infectado por el virus H5N1. El hecho de que la granja está ubicada en esa zona "nos inquieta", dijo Bussereau.
Nada más detectarse el jueves que cientos de pavos habían muerto, se puso en marcha el plan de emergencia, con el aislamiento total de la granja y el sacrificio de los animales vivos. El Gobierno anunció ayudas adicionales de 52 millones de euros para el sector avícola, que desde que comenzó la crisis ha dejado de ingresar unos 130 millones de euros debido a la caída de las ventas.
Las autoridades trabajan sobre la hipótesis de que los pavos se contagiaran a través de excrementos de patos salvajes que se encontraban entre la paja del recinto donde se encontraban confinados por orden del Gobierno, por lo que no pudieron entrar en contacto directo con los patos silvestres.
La FIA indicó que el dueño de la granja de los pavos infectados, situada en el departamento de Ain, al este del país, había utilizado recientemente para las camas de los animales paja en la que había excrementos de patos silvestres.