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El "forcejeo gangsteril" de Jiménez Losantos y la encrucijada de 'Público'

Estaremos en alarma, al menos, hasta pasada la Navidad. La prensa, en general, está de acuerdo en no estar de acuerdo, con más o menos vehemencia. Hay desde comparaciones con el franquismo en El País hasta quejíos de los controladores en La Gaceta.

Al Gobierno se le han atragantado los controladores, la alarma y el Ejército y le llueven palos de izquierda a derecha. Alarmante es la coincidencia, últimamente, en toda la prensa.

Publico está de acuerdo y en desacuerdo. Ya lo dice el director, Jesús Maraña. La prórroga es "coherente y peligrosa", porque "no se entendería" que el Gobierno no hubiera prorrogado la alarma, pero "casa mal" con el "carácter absolutamente excepcional del estado de alarma". Además, "alimenta la peligrosa impresión de que conflictos laborales o civiles pueden arreglarse manu militari" y advierte de que o el Gobierno lo arregla o "se habrá metido en un complejo laberinto". También Escudier avisa. "El Gobierno se encuentra en una difícil encrucijada" porque "la emergencia no puede prolongarse indefinidamente". O sea, que vayan pensando en algo más o se pondrán serios.

Más crítico se muestra El País, que dice que la prórroga es "jurídicamente discutible (...) Es evidente que el conflicto de los controladores aéreos es una bomba que le ha estallado a este Gobierno en las manos, pero también es legítimo sospechar que tras las medidas (...) hay una expresión de impotencia también de este Ejecutivo". Todo aderezado con su dosis de estacazos al PP. Javier Pradera les da donde más les duele y dice que las medidas contra los controladores "recuerdan a los consejos de guerra franquistas". ¡Cómo se va a poner Zapatero! Si es que todavía le pone algo.

El Mundo atiza sin piedad. "Lo que el gobierno acordó ayer es un estado de alarma preventivo por si los controladores decidieran volver a las andadas. Ello nos parece inconstitucional". Lo que Fomento quiere hacer ahora "es doblegar a los controladores y obligarles a hacer determinadas concesiones tras el alarde de fuerza que supone el estado de alarma".

Jiménez Losantos cree que "en este diálogo de golfos o duelo de trileros, entre el monopolio de los controladores y el monopolista de AENA, el cambio de modelo no pasó de forcejeo gangsteril". Y da la solución. "Este mercado es tan fácil de abrir como pelar una mandarina (...) convocar oposiciones y contratar controladores extranjeros". Y para los que les asuste el asuntillo del inglés. "No deben entablar diálogos con citas de Marlowe con los pilotos que despegan o aterrizan; basta con que impidan que choquen dos aviones, cosa que casi siempre logran".

"Aferrado a la alarma", titula ABC. "El Gobierno no sabe o no puede demostrar que la prórroga de la alarma no es más que una medida desproporcionada, preventiva y puramente política" y "el argumento principal del Gobierno es un monumento a su imponencia". Y es que "si se trata de ser eficaces, la militarización suele ser óptima (...) la coerción es perfecta". Ignacio Camacho cree que al lumbreras Rubalcaba "no se le ocurre ninguna fórmula civil para devolver la normalidad a los aeropuertos" así que "el verdadero motivo de alarma es ahora su incompetencia para devolver la situación a cauces normales".

La Razón dice que el Gobierno utiliza "la Constitución como garrote" y José Antonio Vera constata que "en estas dos semana, los rubalcabas de turno se han dedicado en exclusiva a hablar y a colgarse medallas, pero no a encontrar una solución rápida".

Pero es La Gaceta la que nos cuenta "en exclusiva" la verdad de lo que les pasó realmente a los controladores el viernes famoso. Resulta que un avión de Iberia "estuvo a punto de colisionar con un helicóptero militar", y se llevaron tal susto todos los controladores del territorio nacional, que no tuvieron más remedio que darse de baja masivamente por "estrés". Pobres. Y nosotros pensando que era por la pela. Y Pepiño diciendo que fue un sabotaje lo que fue un susto de aupa. Y encima les militarizamos. Desde luego, somos unos desalmados.

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