L D (EFE) El director de la prisión de Alhaurín de la Torre (Málaga), Antonio Guerrero, prestó declaración como imputado durante más de una hora en el Juzgado de Instrucción número 5 de Málaga.
Fuentes judiciales aseguraron que el director de la cárcel confesó que leyó el contenido de las libretas requisadas a Roca, pero precisó que ningún funcionario más de la prisión tuvo acceso a dichas anotaciones. En principio estaba previsto que Guerrero, que en esa fecha era subdirector de la prisión, declarara en calidad de testigo, pero con el fin de salvaguardar sus derechos, se le citó como imputado.
Revelación de secretos
Tras la intervención de los cuadernos, la defensa de Roca interpuso una querella por revelación de secretos, infidelidad en la custodia de documentos y apropiación indebida contra el entonces director de la prisión de Alhaurín de la Torre, Ángel Herbella, actual director de gabinete de la directora general de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo.
Herbella, que declaró el pasado 19 de febrero en un Juzgado de Madrid, mantuvo que estuvo permanentemente informado del decomiso de los cuadernos y que fue quien ordenó su remisión al juez instructor del "Caso Malaya", Miguel Ángel Torres, al considerar que su contenido era constitutivo de delito. El entonces director de la cárcel malagueña declaró que no dio la orden de que se registrara la celda de Roca porque esa tarea correspondía al subdirector de Seguridad de la prisión.
La intervención de los cuadernos se produjo en octubre de 2006 con ocasión del traslado de Roca a la prisión de Albolote (Granada), donde continúa internado.
Anotaciones sobre la propia cárcel
Las libretas contenían supuestamente anotaciones de turnos y nombres de funcionarios del centro penitenciario, así como descripciones de las instalaciones, aunque según el abogado de Roca, José Aníbal Álvarez, en ellas se relataba la estrategia que iban a seguir sus letrados en su defensa.
Tras la intervención de los cuadernos, el Juzgado Decano de Málaga decidió abrir unas diligencias contra Roca, que fueron archivadas el pasado enero por el Juzgado de Instrucción número 1, al no hallar indicios de un delito de amenazas.
Roca mantuvo en su declaración que plasmaba sus "vivencias" como "entretenimiento" en los cuadernos que le fueron intervenidos, y que el contenido no tenía "ninguna intención de amenazar a nadie", según su abogado. El letrado mantiene que la requisa de las libretas ha supuesto "una clara vulneración del derecho a la defensa y, por tanto, un delito de revelación de secreto".