Elena Valenciano sigue tratando, sin éxito, ser ingeniosa en su bitácora. Ya lo intentó con aquello del carajillo party. Ahora la socialista derrocha toda su fina ironía y abundante mala baba contra la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre.
Para criticar las supuestas "faltas de respeto" y "ofensas" de la presidenta madrileña, Elena Valenciano, siempre tan sutil, interpreta a su modo eso de predicar con el ejemplo. A cuento de unas declaraciones de Aguirre en las que decía que al lado de José Bono es "pobre de pedir", Elena Valenciano se despacha a gusto.
En el texto que titula "la falta de respeto como herramienta política", Valenciano no hace otra cosa sino faltar a Aguirre. Le llama "grosera", dice que tiene modos "chulescos", que es "rica" –terrible insulto viniendo de nuestros humildísimos socialistas–, "niña bien" que siempre ha tenido "a quien mandar y humillar" y que gobierna la Comunidad de Madrid como una "Reina mala de cuento". Vaya estereotipo tan igualitario. Cómo se entere su compi Aído se va enfadar.
Pero eso no es lo peor de Aguirre para Valenciano. La socialista añade que "Aguirre es el prototipo de la política populista, que se considera muy por encima de sus administrados y cree que a ella, por ser quién es, todo le está permitido". Y después de lamentar que "sus salidas de tono" resultan "ofensivas para mucha gente", Valenciano apostilla el nada ofensivo comentario: "Desde su atalaya de niña bien que siempre ha tenido a quién mandar y humillar, empieza a resultar insoportable".
La nota de humor, involuntaria claro, la pone la Valenciano cuando invita a Aguirre a "darse un paseo nocturno por las calles de Madrid o por la Cañada Real" para "saber lo que es ser pobre o indigente". Un barrio, como todo el mundo sabe, atestado a diario de dirigentes socialistas.
¿O no era La Moraleja?