El Pleno del Congreso de los Diputadas enviará este jueves al Senado la reforma de la Ley del Aborto con un apoyo que podría llegar a 185 de los 350 diputados de la Cámara. Ese margen supone nueve diputados por encima de la mayoría absoluta -necesaria para aprobar la ley dado su carácter orgánico- y representa un mínimo respaldo de 52,8 por ciento de la Cámara. Es decir, una ley tan polémica será aprobada a pesar de la división total existente en la Cámara y en la sociedad, donde una mayoría se postula contraria.
De este modo, en caso de que no falte ningún diputado y de que nadie rompa la disciplina de partido, el proyecto de Ley Orgánica de Salud Sexual y Reproductiva y de la Interrupción Voluntaria del Embarazo contaría con los 169 votos del PSOE, seis del PNV, cinco de ERC-IU-ICV, dos del BNG y uno de Na-Bai. A este grupo podrían sumarse dos de los seis diputados de Convergencia (CDC-CiU), formación que tiene libertad de voto.
Por el contrario, en contra de la reforma legislativa es previsible que voten los 153 diputados del PP, cuatro de Unió (UDC-CiU), uno de UPN y otro de UPyD. Los cuatro diputados restantes de Convergencia es posible que se incluyan en este grupo aunque no se descarta, después de las modificaciones introducidas esta semana en el proyecto de ley, que alguno se abstenga.
Durante su tramitación en el Congreso de los Diputados, el texto ha sido modificado y se ha radicalizado sobremanera. Entre las enmiendas pactadas, destaca la acordada entre el PSOE y el PNV para que las chicas de 16 y 17 años tengan que informar a sus padres de su decisión de abortar salvo que dicha comunicación pueda suponerles "un peligro cierto de violencia intrafamiliar, amenazas, coacciones o malos tratos".
El PSOE aseguró que bastará con que la menor alega verbalmente ante el médico uno de estos motivos para que pueda interrumpir su embarazo. Para el PP estas excepciones van a ser el "coladero" que va a permitir que las menores aborten sin que los sepan sus padres.
Otra de las enmiendas acordadas regula la objeción de conciencia para que puedan objetar los profesionales sanitarios que puedan estar "directamente implicados" en la interrupción de un embarazo y no quieran hacerlo. El nuevo texto también incluye que los alumnos de Medicina y Enfermería deberán aprender cómo practicar un aborto.