(Libertad Digital) Los casos varían según las distintas Comunidades Autónomas y dentro de éstas, según sea el carácter del centro educativo, público o privado. En algunas comunidades los suspensos se reparten, principalmente, desde los centros públicos, y en otras en los privados.
Entre los distintos casos que se han dado, hay ejemplos significativos. En un centro privado de Navarra la solución que han adoptado es diferenciar entre los objetores que se quedan dentro de la clase y los que no. Los primeros, los llamados objetores testimoniales, sólo se diferencian del resto de sus compañeros en que no hacen examen. Los otros objetores, sin embargo, se retiran a otra clase cuando se va a impartir en la suya la asignatura de Educación para la Ciudadanía. Sin embargo, la medida que ha decidido adoptar el colegio es sorprendente. Todos han sacado un sobresaliente, incluidos los objetores que no han pasado ningún examen, menos los cuatro alumnos que se ausentan del aula, que han sido suspendidos.
Algunas notas llegan con comentarios que critican al alumno por no mostrar interés por una asignatura en la que, los profesores saben perfectamente, se ha declarado oficialmente objetor de conciencia. En algunos colegios privados de Andalucía, donde la presión de la Junta ha sido particularmente dura, se ha optado por una "insurrección a escondidas". "Hay colegios privados que van a calificar como ‘no evaluado’ a los objetores", se asevera desde la Asociación de objetores en esta Comunidad Autónoma.
En Asturias, sin embargo, se ha seguido fielmente lo dictado por el Tribunal Superior de Justicia, que a falta de resolución final dictó que debía darse la materia como no evaluada.
Todos los movimientos de objetores están de acuerdo en que evaluar a un alumno por una materia que no ha cursado es "inconstitucional". El portavoz de los objetores en Andalucía, Carlos Seco, pone un ejemplo: "Es como si a un médico se le echara del trabajo por ejercer su derecho de objetar a practicar un aborto".