El caso Mercasevilla llega a la Consejería de Empleo de la Junta de Andalucía
En medio de la división entre los socialistas implicados, el viceconsejero de empleo ha sido citado en el juzgado para dar más detalles sobre las subvenciones concedidas a Mercasevilla de donde podrían salir las comisiones ilegales.
A la comparecencia en el despacho de la juez Mercedes Alaya, se dieron cita cuatro imputados en la trama sobre la petición por parte de Mercasevilla de una comisión de 450.000 euros a La Raza a cambio de la adjudicación de una escuela de hostelería. El delegado de Empleo, Antonio Rivas, los ex directivos de Mercasevilla, Fernando Mellet y Daniel Ponce, y la secretaria Regla Pereira, todos ellos imputados por la magistrada de un presunto delito de cohecho, acudieron al despacho para la audiencia preliminar prevista en la Ley del Jurado aunque ninguno de los cuatro fue interrogado.
Lo más curioso y que evidencia la división ya existente entre los socialistas implicados es que pese a que la defensa del delegado de Empleo solicitó la declaración de Mellet y Ponce, éstas no se produjeron puesto que ambos anunciaron que se acogían a su derecho constitucional de no declarar. La defensa de Rivas hizo constar su “respetuosa protesta” por el hecho de que no se accediese a esa declaración.
Pero además hay que aclarar qué hizo la Junta cuando recibió la denuncia. El viceconsejero de Empleo tiene que aclarar qué y cómo investigó la Junta de Andalucía cuando recibió la denuncia verbal de los empresarios del grupo La Raza sobre la supuesta petición de comisiones ilegales en el mercado de mayoristas, qué curso siguió y qué frutos dio el "expediente reservado" que instruyó la Consejería de Empleo tras conocer los hechos.
Manuel Chaves dijo en septiembre de 2009 que fue la Junta quien denunció los hechos corruptos demostrados en las grabaciones efectuados por los empresarios del grupo. La Raza a la Fiscalía en Sevilla, pero, en realidad, fueron los empresarios los que denunciaron los hechos a la Junta, concretamente a un miembro del equipo de Zarrías y del propio presidente Chaves, Juan Gallo, quien, ante la envergadura del escándalo, optó por comunicarlo a Zarrías que lo comunicó a su vez a Chaves.
En primer lugar, comunicaron los hechos al alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, de quien depende la Fundación de Mercasevilla y el propio Mercasevilla, para ver si podía evitarse el escándalo y luego, casi diez días más tarde, convencidos de la inutilidad de los esfuerzos para parar el "bombazo", acudieron a la Fiscalía de Sevilla en vez de a un Juzgado de Guardia, como sería lo ordinario y razonable.
El Consistorio hispalense decidió suspender el consejo de administración que se iba a celebrar el 6 de febrero para aclarar los hechos. Una semana después, el 13 de febrero, la Junta trasladó al Ayuntamiento que tenía "la certeza de que se han producido dichos comentarios" gracias a una grabación realizada por los afectados, que fue incluida en una denuncia ante la Fiscalía que fue presentada ese mismo día por la Consejería de Empleo.
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