Iñaki Gabilondo, ya en CNN+ tras la fusión de Telecinco y Cuatro, dedicó su homilía de este miércoles al Desayuno de Oración que han protagonizado este jueves en Washington Barack Obama y Rodríguez Zapatero. Dos dirigentes que suelen contar con la simpatía del periodista de Prisa. Por eso sorprende el tono agresivo que utilizó Gabilondo, siempre tan solemne, para poner a parir el acto y sus protagonistas.
No parece que un acto sin mayor relevancia política como éste justifique el cabreo que mostró Gabilondo. Claro que Zapatero se llevó a un grupo de invitados ilustres, entre los que se encontraban varios periodistas o personas relacionadas con los medios de comunicación: los consejeros delegados de Prisa, Juan Luis Cebrián; La Sexta, José Miguel Contreras y Vocento, José Manuel Vargas; el director de El Mundo, Pedro J.Ramírez; el presidente de Telecinco, Aletxu Echevarría y el periodista de Onda Cero Carlos Herrera. Y entre los ilustres no estaba él, Iñaki Gabilondo.
Quizá eso explique la furia empleada contra Obama, Zapatero y los organizadores del acto. Hasta De la Vega, sin comerlo ni beberlo, se llevó un mandoble de Gabilondo, que tildó de "extraño" un acto con más de medio siglo de este historia por el que han pasado personas tan conocidas como el millonario/solidario cantante Bono, de U-2¸ la Madre Teresa o Tony Blair.
De sus organizadores, The Family, dijo que son una "secta", "ultracatólicos" –cuando se trata de un grupo evangélico– y un "poder nebuloso turbiamente relacionado con dictaduras de África y Latinoamérica".
A Obama le reprochó que no tenga "tiempo para hablar con Zapatero. Pero sí hay tiempo para rezar con Zapatero. En la agenda de Obama no hay tiempo para verse con el presidente de turno de la Unión Europea, no hay tiempo para hablar de Europa; pero sí lo hay para atender el compromiso con un grupo mas que conservador".
Tal es la importancia que concede Gabilondo a esta oración que la calificó como una "metáfora perfecta del mundo en que vivimos". A Zapatero, sin mencionarlo explícitamente, le llamó "acomplejado" sin "músculo democrático" que "humilla la cerviz ante las sectas".
Y es que no se libró de la ira de Gabilondo ni una de sus favoritas: la vicepresidenta De la Vega, que poco tenía que ver con el sarao: "María Teresa Fernández de la Vega en el Vaticano, intentando agradar a los purpurados, es un tibio reflejo de Obama intentando agradar a esta organización nada transparente". Al fin y al cabo es la ministra de Presidencia. Probablemente en Moncloa se lo piensen antes de elaborar la próxima lista de invitados.