L D (Europa Press) Martínez explicó en la comisión ordinaria de Urbanismo que la intensidad de la tormenta –que llegó a acumular en algunos puntos de la capital 60 litros por metro cúbico, a lo que habría que sumar el granizo de hasta 3 centímetros– arrastró hojas de árboles y otros elementos que cegaron los sumideros. Además, se produjo una "entrada en carga puntual en el estanque de tormenta de San Rufo, por lo que se vertió ese agua en la calzada de la avenida del Manzanares", en particular a la altura de la calle San Ambrosio.
"Pero esa acumulación no se produjo por ningún obstáculo generado por obras (en referencia a las críticas sobre la posibilidad de que los trabajos de Madrid Río hubieran dañado parte de los túneles de la M-30) sino porque es un punto bajo al que el agua tiende a dirigirse", puntualizó la delegada de Urbanismo.
Martínez sostuvo que el agua accedió a los túneles anegados de la M-30 por "diversas filtraciones, incluyendo una zona en la que puntualmente se produjo la cimentación de una nueva pasarela", pero matizó que los túneles "no son herméticos y están preparados para una posible entrada de agua en circunstancias excepcionales para poder evacuarla sin que afecte al servicio".
La delegada afirmó que en la zona inundada existe un sistema de bombas que permite evacuar agua pero señaló que "por un problema eléctrico" éstas "no funcionaron correctamente produciendo la acumulación que provocó el corte de la M-30 en ese punto".