L D (EFE) El alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, acompañado de miembros de la Corporación, fue el encargado, como es habitual, de accionar el sistema que dio luz a las 00.00 horas a las 22.000 bombillas de la portada de la Feria –con 46,5 metros de altura y 214 toneladas de peso–, y a las 350.000 restantes repartidas por las calles del recinto, rotuladas con nombres de figuras del toreo.
El alumbrado, que se produjo tras el tradicional "pescaíto" en las casetas, dio paso al júbilo y la alegría de miles de sevillanos y visitantes aglomerados en torno a la portada, en el pistoletazo de salida un año más de una fiesta que se desarrollará hasta el próximo domingo en los 1.200.000 metros cuadrados que ocupa el recinto. Muchos sevillanos pisaron por primera vez el Real, como se conoce al recinto ferial, y otros lo harán mañana, fiesta local en la capital, aunque otros muchos han pasado ya algunos ratos en las casetas desde el pasado fin de semana, ya sea dando los últimos retoques o de fiesta y alternando con amigos y familiares.
La Feria coincide este año, como en 2000, 2001 y 2003, con el Puente del Primero de Mayo, por lo que se espera la llegada de más turistas, sobre todo madrileños y de otros puntos de España, gracias a los AVE que fletará Renfe y a los servicios especiales de Iberia. Como gran novedad, por primera vez algunas de sus quince calles estarán vigiladas por cámaras de seguridad para prevenir incidentes. Este año, la portada de la Feria está inspirada en la fachada del Palacio de San Telmo (sede de la Presidencia de la Junta) y precisa de 22.000 de las 372.000 bombillas que alumbran desde la medianoche de este lunes el recinto, de las que 250.000 son farolillos.
La Feria formará hasta el próximo domingo casi una pequeña ciudad efímera y autónoma, con servicios sanitarios, de seguridad e incluso con una caseta para los niños perdidos, y su demanda eléctrica equivale a la de un municipio de más de 40.000 habitantes. De su superficie, 400.000 metros cuadrados pertenecen al Real –equivalente a 54,5 campos de fútbol–, por donde pasearán cada día 1.271 carruajes o enganches y 3.000 equinos, y 300.000 ocupan las más de 500 instalaciones y puestos de la llamada "Calle del Infierno", de ellas 55 grandes atracciones y un circo.
Para garantizar la celebración de la fiesta, el Centro de Coordinación Operativa (CECOP) ha ultimado un Plan Especial de Seguridad en el que participan Policía Local y Nacional, Bomberos, Protección Civil, la Guardia Civil de Tráfico y el Seprona. El transporte urbano ha reforzado sus servicios, se ha diseñado un plan de tráfico y en total hay 40.000 plazas de aparcamiento, 20.000 de ellas en el Charco de la Pava -ampliables a 24.000-, donde hay autobuses lanzaderas gratuitos hasta el Real, mientras que los servicios municipales de limpieza trabajarán este año las 24 horas.
La mayoría de las 1.046 casetas son privadas, familiares o de empresas o entidades, y sólo algunas, como las de los distritos municipales, partidos políticos o sindicatos, son de acceso libre. La Feria, en cuyo futuro traslado ya trabaja el Ayuntamiento al haberse quedado pequeña, como sucedió cuando pasó en 1973 del Prado de San Sebastián a Los Remedios, nació con un decreto de la Reina Isabel II del 5 de marzo de 1847. Comenzó como una feria de ganado de tres días creada por el catalán Narciso Bonaplata y el vasco José María Ybarra, en la que se montaban los corrales que luego evolucionarían hasta las actuales casetas, que tienen dos espacios: uno delantero donde se realiza la convivencia; y uno trasero con cocina, bar y servicios.