El alcalde de Nueva Orleans pide ayuda "desesperadamente" ante la situación de caos que vive la ciudad
La inseguridad, la violencia y los saqueadores armados se han convertido en un grave problema para las tareas de rescate en Nueva Orleáns. A primeras horas del día, cuando unos pocos autobuses habían evacuado hacia Houston (Texas) a unos centenares de refugiados en el estadio "Superdome", el proceso fue suspendido después de que un helicóptero de la Guardia Nacional recibiera disparos.
Miles de personas llevan ya hasta cinco días hacinados en condiciones paupérrimas en un maloliente y tórrido "Superdome". Hasta 20.000 personas pueden estar hacinadas en el edificio, sin aire acondicionado y sin lavabos funcionales desde el lunes. Miles de personas se agolpaban este jueves en las terrazas y pasarelas elevadas del "Superdome" a la espera de que continuase la evacuación.
Sólo en el Centro de Convenciones, el refugio secundario establecido por las autoridades municipales antes de la llegada del huracán "Katrina" el lunes, se agolpan otros miles de personas en situaciones incluso más dramáticas que las de los refugiados del "Superdome", sin alimentos ni agua potable. Los únicos que parecen encontrarse cómodos en medio de este caos son los grupos de saqueadores armados que deambulan por las calles a la búsqueda de cualquier cosa de valor, desde zapatillas de deportes hasta voluminosos televisores pasando por las armas almacenadas en tiendas de deportes y grandes establecimientos comerciales.
El empeoramiento de las condiciones de seguridad en Nueva Orleans ha obligado a las autoridades a aumentar de poco más de 7.000 a casi 30.000 el número de soldados movilizados para ayudar a controlar la situación en la ciudad. Un guardia nacional fue herido por un disparo el martes y un agente de policía de Nueva Orleans, Jarrod Mayberry, declaró hoy a la televisión local WWL que había abandonado la ciudad por la falta de comunicación con sus superiores y la dejadez de éstos para dar órdenes.
La situación en las localidades alrededor de Nueva Orleans no es mucho mejor. Ben Morris, alcalde de Slidell, situada a unos 45 kilómetros al nordeste de Nueva Orleans, señaló a WWL que en esta localidad entre 15.000 y 40.000 personas se han quedado sin hogar y siguen siendo frecuentes los saqueos. La falta de recursos de la mayoría de la población afectada por "Katrina" -que ha golpeado algunas de las regiones más pobres de Estados Unidos- acentúa la tragedia y aumenta los riesgos para miles y miles de personas sin un lugar al que ir y con extremas necesidades.
La amenaza más inmediata para la salud de quienes quedan en Nueva Orleans es la contaminación del agua de la inundación con el agua de las cloacas, ricas en bacterias y virus.El traslado de enfermos a otros centros sanitarios no es fácil y, poco a poco, caso por caso, se está produciendo un trasvase de pacientes de un hospital a otro.
"Nuestros amigos estadounidense pueden tener la certeza de que estamos dispuestos a ayudar", declaró el canciller, que se dijo, consternado por las imágenes que llegan de la tragedia. Schroeder ha pedido a sus ministros que determinen cuales son sus posibilidades de ayuda y determinen los sectores en los que Alemania puede contribuir de manera más efectiva en las tareas de socorro.
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