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El abuelo de Zapatero se hacia llamar "Rousseau" en su logia masónica

El famoso abuelo de Zapatero era masón. Tras mucha rumorología se ha hecho público el expediente masónico del capitán. Su pertenencia se inició en 1933 con un diploma sellado por la Gran Logia del Noroeste de España. El mismo se hacia llamar Rousseau.

Tras muchos rumores sobre la posible pertenencia del abuelo de Zapatero a la masonería, la revista Crónica de El Mundo ha publicado los documentos que prueban su pertenencia a una logia. De hecho, así dice el diploma que le acredita como tal: “Sabed que nuestro querido hermano Juan Rodríguez Lozano, simbólicamente Rousseau, que firma al margen, es un francmasón regular recibido como aprendiz grando 1º por la Respetable Logia Emilio Menéndez Pallarés, número 15 de los Valles de León de la obediencia de esta Gran Logia Regional, y como a tal, le recomendamos a vuestro favor y protección”.

Los papeles que demuestran su pertenencia a la masonería están en los archivos de Salamanca y Ferrol y acreditan que ingresó en este grupo el 27 de agosto de 1933. Estos datos aparecen en un expediente formado por cartas, requerimientos, informes así como registros de carácter policial.

Además, del diploma de iniciación se demuestra que empezó como aprendiz de grado 1º y posteriormente ascendió a compañero grado 2º, el 4 de diciembre de 1935. Según cuentan los documentos hechos públicos, el 1 de agosto de 1933 se crea la logia Emilio Menéndez Pallarés( diputado y Gran Maestre de la Logia de España de 1901 a 1904). Inicialmente eran 11 hermanos, entre los que no se encontraba Juan Rodríguez Lozano. Fue el 27 de ese mismo mes cuando el abuelo de Zapatero asumió el grado de aprendiz.

El primer examen que tuvo que realizar consistía en un rito en el que entraba en el lugar donde los masones celebran sus reuniones y cuyo objetivo era resurgir como un hombre nuevo. Para ello debía avanzar con los ojos vendados y el pecho y pie izquierdo descubiertos, para sufrir los rigores de los cuatro elementos: tierra, mar, agua y fuego.

El historiador Fernando Sigler Silvera afirma que durante el bienio derechista de la Segunda República el capitán Lozano siguió perteneciendo a la masonería y que ascendió en el escalafón pese a los recelos que causó por su participación en el levantamiento de Asturias de 1934. Además, cuenta que durante ese tiempo ascendió dos de los tres peldaños de la masonería azul (formados por aprendiz, compañero y maestro). Su muerte en agosto de 1936 le impidió llegar a los grados capitulares, filosóficos y sublimes.

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