Tanto ABC, como El País y El Correo de Andalucía, insinúan que puede haber irregularidades serias que podrían haber contribuido al siniestro o a sus graves consecuencias en vidas humanas, siete muertos ya.
Por ejemplo, ABC alude a las rejas de las habitaciones superiores, que imposibilitaron el acceso desde el exterior en caso de evacuación. El País señala que el centro debía adecuarse a los criterios establecidos en el real decreto sobre Norma Básica de Autoprotección de los Centros, pero no lo había hecho al parecer.
El Correo, por su parte, señala que el sistema antiincendios no se activó de inmediato y no saltaron los aspersores. El Mundo afirma en titular que las residencia cumplía con los requisitos.
Todos parecen estar de acuerdo en que el accidente fue originado por un incidente eléctrico. Los siete muertos, el último hace unos minutos, y los ya doce heridos fueron la consecuencia de un accidente sobre el que se sientan dos hipótesis:
La primera pasa porque el fuego empezó en el colchón antiescaras en el que dormía la anciana que resultó completamente calcinada. Este colchón tiene un sistema de calor que impide que se formen llagas en las personas que están mucho tiempo acostadas. Al incendiarse hizo posible que la anciana resultase completamente quemada en pocos minutos.
En segundo lugar porque el fuego comenzó en un aparato de aire acondicionado, hipótesis que cada vez pierde más sentido debido precisamente al calcinamiento de la anciana de la cama antiescaras.
Inventario de dudas
En la grabación que se conserva del accidente, se observa que el sistema antiincendios no se activó inmediatamente después de que las llamas se propagasen. No comenzaría a caer agua hasta después de iniciado el rescate. Tras el fogonazo, el sistema antiincendios no salta de inmediato. Cuando se ve la llamarada salir de la habitación no comienza a caer agua de los aspersores del techo.
El sistema se activó más tarde, cuando los Bomberos y la Policía estaban ya sacando cuerpos del geriátrico. El fallo parece relevante en un centro que contaba con medidas de seguridad como pintura ignífuga o cámaras de seguridad, pero en el que tampoco sonó ninguna alarma.
ABC, si bien acentúa la impresión de que la Junta había inspeccionado el edificio hacía sólo un mes, añade que había cuestiones inciertas: "Es el caso de las recias rejas de que estaban dotadas las habitaciones superiores, que imposibilitan el acceso desde el exterior en caso de evacuación. Asimismo ha llamado la atención el hecho de que los ancianos con mayores problemas de movilidad estuvieran situados en la planta más alta, algo que no aclara la normativa actual.
El País alude a que la Junta de Andalucía, a pesar de haber señalado que el centro no se adecuaba plenamente a las normativas vigentes, no señaló en los informes preceptivos a qué se refería. "La última inspección de la Junta se llevó a cabo en septiembre.
Según detalló la Consejería de Igualdad, los inspectores señalaron en su informe que la residencia "debía adecuarse a los criterios establecidos en el real decreto sobre Norma Básica de Autoprotección de los Centros", un texto de 2007. Pero Igualdad se negó a aclarar ayer qué aspectos concretos debía actualizar la dirección del geriátrico. Estaba previsto realizar una nueva inspección en el mes de marzo para comprobar "esa adecuación normativa".