L D (EFE) “Le dejó pelado”, aseguró Bignell, quien explicó en la entrevista que le dijeron que “tenía que liquidarlo todo, todas sus inversiones, para que pudiera entregarle dinero en metálico”.
El matrimonio se separó en 1992, pero se divorció años después, el 28 de agosto de 1996, un año antes de la muerte de Diana en un accidente de tráfico en París. La princesa recibió 17,5 millones de libras, más de 26 millones de euros, y el mantenimiento de su despacho privado, tras la ruptura con su marido.
Según relata el diario británico, la reina Isabel II de Inglaterra dejó a su hijo varios millones de libras tras el divorcio, que Carlos aún le está devolviendo. El heredero británico recibe sus ingresos, desde el siglo XIV, del Ducado de Cornualles, una propiedad real que invierte en propiedades y mercados financieros y vende productos como alimentos biológicos.
La fortuna del príncipe se va recuperando, pues sus ingresos fueron de 18 millones de euros brutos en el último año fiscal, en parte gracias a las exitosas inversiones en el mercado inmobiliario británico. Mientras, la reina y su marido, el duque de Edimburgo, son mantenidos por los contribuyentes de su país.