Que lo encierren y tiren la llave, pero antes que le soflamen los cojones con una vela para que semejante cabrón pierda toda posibilidad de reproducirse.
Que lo encierren y tiren la llave, pero antes que le soflamen los cojones con una vela para que semejante cabrón pierda toda posibilidad de reproducirse.
Ahora quisiera leer la opinión de unos cuantos tontologos e idiopedas diciendo qué hay que hacer con este sujeto. ¿Será ponerle un educador social de apoyo para que le de clases particulares? ¿O tal vez internarlo como mediopensionista en alguna institución para que aprenda trabajos manuales? -Ni que decir tiene que todo ello con cargo al contribuyente-.
En tiempos de mi abuelo existía la posibilidad de una tercera vía que era adecuada para individuos con exceso de testosterona. El problema es que tiene que ver con piedras y martillos, de forma que actualmente no puede aplicarse porque estamos -dicen- en un país civilizado.