El detenido, Pablo P.D., de 33 años, se presentó en la comisaría sucio y sangrando por la cabeza contando, de manera confusa, que se había parado un momento al lado de la autovía, había bajado del vehículo y se había golpeado desorientándose, por lo que no recordaba dónde tenía el coche.
A la misma hora, un conductor avisó a los Mossos de que el radar estaba roto, por lo que los agentes investigaron la relación de los dos hechos y comprobaron que el hombre que se presentó en la comisaría había destruido el radar. Fue detenido por la tarde, una vez fue dado de alta en el hospital de Igualada.
Según informó la policía autonómica, el valor del radar ronda los 12.000 euros. Tenía la puerta metálica arrancada, los cristales rotos y los aparatos electrónicos golpeados. Los agentes vieron también que el detenido había rociado con gasolina para prenderle fuego.