L D (EFE) Los dos menores, uno residente en Huesca y el otro en Zaragoza, fueron identificados por la policía, que durante la investigación descubrió que se pusieron en contacto a través un programa informático de mensajería. Ese programa permite conversaciones habladas, por lo que los menores acordaron enviar un correo electrónico con insultos a la víctima a través de una cuenta que abrieron ex profeso en la Red a nombre de otro alumno de dicho centro escolar.
Las pesquisas policiales llevadas a cabo en el entorno laboral del profesor dirigieron las sospechas de los investigadores al entorno de estudiantes del centro educativo, por lo que se solicitó, mediante orden judicial, datos a la empresa de telecomunicaciones encargada de la gestión del correo electrónico que permitieron la identificación de los dos menores.
Los responsables policiales analizaron inicialmente la posibilidad de un caso de acoso escolar dirigido contra el joven, cuyo nombre figuraba en la firma del correo, con la finalidad de conseguir que fuera represaliado por la dirección del centro. Tras su identificación, los dos menores supuestamente autores del envío del correo injurioso a través de Internet reconocieron ante los agentes que el nombre, conocido con anterioridad por uno de ellos, fue introducido de forma aleatoria.
Según las fuentes citadas, para cometer los hechos de forma anónima los dos amigos se pusieron en contacto a través del programa de mensajería que permite una conexión en tiempo real y acordaron, una vez abierta la cuenta a nombre del tercer menor, enviar el correo con las injurias desde el ordenador del joven residente en Zaragoza.
Las pesquisas policiales llevadas a cabo en el entorno laboral del profesor dirigieron las sospechas de los investigadores al entorno de estudiantes del centro educativo, por lo que se solicitó, mediante orden judicial, datos a la empresa de telecomunicaciones encargada de la gestión del correo electrónico que permitieron la identificación de los dos menores.
Los responsables policiales analizaron inicialmente la posibilidad de un caso de acoso escolar dirigido contra el joven, cuyo nombre figuraba en la firma del correo, con la finalidad de conseguir que fuera represaliado por la dirección del centro. Tras su identificación, los dos menores supuestamente autores del envío del correo injurioso a través de Internet reconocieron ante los agentes que el nombre, conocido con anterioridad por uno de ellos, fue introducido de forma aleatoria.
Según las fuentes citadas, para cometer los hechos de forma anónima los dos amigos se pusieron en contacto a través del programa de mensajería que permite una conexión en tiempo real y acordaron, una vez abierta la cuenta a nombre del tercer menor, enviar el correo con las injurias desde el ordenador del joven residente en Zaragoza.