L D (EFE) El trabajo explica la habilidad del VIH para confundir a las células portadoras del antigen, que tienen la misión de alertar a las células T citotóxicas del cuerpo humano para que destruyan el virus selectivamente.
El estudio ha analizado el VIH de los subtipos B y C de pacientes que se encontraban en diferentes fases de la enfermedad. Según los autores, el virus se encarga de evitar que una proteína funcione de forma correcta en las células portadoras del antigen en las personas afectadas por el virus, y que el sistema inmunitario del paciente no pueda eliminarlo.
Este descubrimiento ya se había experimentado anteriormente en ratas, pero por primera vez se ha descrito en humanos. Este mecanismo de defensa del VIH se suma a la ya conocida capacidad para mutar o cambiar de apariencia, y su conocimiento es clave, según los investigadores, para desarrollar vacunas para luchar contra el sida.
El estudio ha sido realizado por investigadores de la Fundación española IrsiCaixa, en colaboración con grupos de investigación de Oxford (Reino Unido), Boston (EEUU) y Durban (Sudáfrica), y aparecerá esta semana publicado en la revista estadounidense "Journal of Experimental Medicine".
El estudio ha analizado el VIH de los subtipos B y C de pacientes que se encontraban en diferentes fases de la enfermedad. Según los autores, el virus se encarga de evitar que una proteína funcione de forma correcta en las células portadoras del antigen en las personas afectadas por el virus, y que el sistema inmunitario del paciente no pueda eliminarlo.
Este descubrimiento ya se había experimentado anteriormente en ratas, pero por primera vez se ha descrito en humanos. Este mecanismo de defensa del VIH se suma a la ya conocida capacidad para mutar o cambiar de apariencia, y su conocimiento es clave, según los investigadores, para desarrollar vacunas para luchar contra el sida.
El estudio ha sido realizado por investigadores de la Fundación española IrsiCaixa, en colaboración con grupos de investigación de Oxford (Reino Unido), Boston (EEUU) y Durban (Sudáfrica), y aparecerá esta semana publicado en la revista estadounidense "Journal of Experimental Medicine".