L D (EFE) En el desalojo, que ha comenzado a las 07.45 horas de este lunes y ha finalizado cerca de las 16.00 horas, ha participado un centenar de agentes y se ha llevado a cabo sin incidentes. Tras ser identificados uno por uno, la policía ha permitido a los jóvenes okupas, muchos de ellos de nacionalidad extranjera, retirar todos sus enseres personales y el material, incluidos los 33 vehículos, la mayoría caravanas, que estaban aparcadas en el interior del antiguo recinto fabril, situado en la confluencia de las calles Tánger y Alava.
Según la policía autonómica, únicamente doce de los 108 jóvenes que estaban durmiendo en el recinto han sido trasladados a comisaría para acabar de ser identificados porque no tenían la documentación en regla, aunque no se ha producido ninguna detención. Los jóvenes han ido saliendo con maletas, mochilas y carros de supermercado cargados con todas sus pertenencias y se han quedado en la calle, donde han improvisado cánticos y danzas.
Sobre las 16.30 horas, dos máquinas excavadoras han entrado en el recinto y han comenzado a derribar las naves que antaño ocupó la fábrica de toldos Giralt Miró y que desde hace unos años los okupas habían convertido en albergue y escuela alternativa de artes escénicas al que llegaban jóvenes de todo el mundo para practicar y aprender de forma gratuita música, teatro, danza y especialmente circo. En el recinto, de unos 5.000 metros cuadrados, con un gran patio y dos naves, los okupas habían montado un circo, un gimnasio, dos pistas de "skate indoor", un plató de televisión, un teatro y talleres de danza y otras artes escénicas.
Allí iban a practicar artistas de Circ du Soleil cuando venían a Barcelona, profesionales del Circ Cric entre semana e incluso alumnos del Instituto Nacional de Educación Física (INEF). El abogado de los "okupas", Antoni Lucchetti, ha seguido el desalojo y ha negociado con la policía autonómica que los jóvenes pudieran sacar todas sus cosas y el material artístico que utilizaban.
Profesionales del mundo del circo han coincidido en criticar el desalojo de las naves "La Makabra" ordenado por la juez. Entre ellos el gerente de la Asociación de Profesionales del Circo de Cataluña (APCC), Ricard Penedés, que ha mostrado su "desacuerdo" con la acción policial, ha denunciado que "faltan espacios de creación en Barcelona" y ha pedido "un poco más de sensibilidad" hacía las iniciativas artísticas circenses.
Según el gerente de APCC, "estos espacios son una necesidad vital, cultural, necesarios, y desalojándolos sólo desplazamos, postergamos un problema creativo y artístico y agravamos la situación de los artistas de circo, teatro y danza".