(Libertad Digital) Según explica el diario El Mundo, el macabro plan fue neutralizado gracias al chivatazo de un interno magrebí. Al parecer, el asesinato se iba a cometer de manera inminente. Ocho internos islamistas habían logrado armarse con trozos de latón que arrancaron de las estanterías metálicas colocadas en sus celdas. Así aparece reflejado en un informe enviado a la Inspección Provincial de la Brigada de Extranjería, según el cual, los islamistas habían preparado numerosos objetos punzantes para atacar a los policías con ese tipo de materiales.
"Sabemos que se querían ensañar con nosotros. La vida de un policía depende de lo que a ellos se les antoje y las autoridades lo han intentado tapar. La Brigada de Información sólo realizó un breve interrogatorio a los implicados. Un interno croata nos contó que les había oído hablar de cómo colocar artefactos explosivos", manifestó un agente.
Tal y como relata la información, el motín planeado se iba a desarrollar de la siguiente manera. El interno Bobo Kah se encargaría de inmovilizar a uno de los agentes con objetos punzantes o con sus propios grilletes, mientras que el resto se ocuparía de la mujer policía, a la que tenían intención de decapitar, para luego darse a la fuga. Tras conocerse el plan, la funcionaria que prestaba servicio el día está en tratamiento y de baja psicológica.
Los centros de internamiento, que dependen del Ministerio del Interior, son lugares en los que permanecen durante 40 días los inmigrantes en situación irregular.