A las 16.04 horas, doce trabajadores militares del Arsenal comenzaron los trabajos para atar y asegurar la estatua de bronce a la jaula metálica que la Armada construyó específicamente para el traslado y que pesaba más de 3 toneladas. La colocación de cuerdas en las patas del caballo y la sujeción de la efigie con más de una decena de arneses azules, amarillos y rojos, se prolongó durante casi hora y cuarto.
Hacia las cinco y media de la tarde, finalmente, el camión que transportó toda la pieza comenzó a salir marcha atrás del Patio de Herrerías en el que el Ayuntamiento, el propietario de la pieza, la dejó en depósito en 2002 cuando la retiró de la plaza de España, bajo gobierno del BNG. La estatua había estado presidiendo la entrada a la ciudad desde el año 1967.
Esta tarde, a diferencia del año 2002, el traslado de la estatua no fue público y se produjo sin expectación, a puerta cerrada, con la presencia de tan sólo oficiales de la Armada encargados de los trabajos y miembros de medios de comunicación. En su último viaje, la efigie recorrió suelo militar y fue depositada varias horas después en un almacén del Servicio de Repuestos de la Armada, en el barrio de Caranza.
Antes de su depósito, una grúa todavía tuvo que levantar la jaula y las siete toneladas de bronce de la estatua para salvar una valla que cerraba el recinto, a 1'2 kilómetros de distancia del Museo Naval.
La estatua, fundida por los astilleros de la antigua Bazán, había sido realizada tras una colecta organizada por el Casino Ferrolano en 1.964. Aunque permanecía en terreno militar, era visible para todos aquellos que entraban al Museo Naval y al Arsenal. Tan sólo durante 2009, fueron 7.500 personas las que accedieron como visitantes al espacio militar.