"Negar el cambio climático es como negar el heliocentrismo en el siglo XVI, una insensatez"
María Teresa Fernández de la Vega, advirtió este lunes del peligro que supone el cambio climático, una amenaza "científicamente contrastada" contra la que es necesario poner todos los esfuerzos, ya que se trata de una "dolorosa realidad que se sufren a diario".
En una conferencia en Brasilia, la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, acusó a "la ortodoxia del fundamentalismo neoliberal" de estar detrás de la "concepción depredadora del mundo" que ha reducido a "consumidores" a los ciudadanos y a "mercancía" el entorno ecológico.
De la Vega pronunció estas palabras en la sala Rui Barbosa del Ministerio de Asuntos Exteriores brasileños, ante un nutrido grupo de miembros del Departamento dirigido por Celso Amorim y de la Escuela Diplomática, en su primer día de visita oficial al país. Mañana, la etapa brasileña de su gira por Latinoamérica culminará con una entrevista con el presidente, Luiz Inácio "Lula" da Silva.
En su conferencia, la vicepresidenta destacó el papel de España y Brasil en la lucha contra el cambio climático y aseguró que ambos países deben ocupar un lugar "destacado" en la tarea de "apoyar con fuerza e iniciativa los esfuerzos de la comunidad internacional para aproximar posiciones, suscitar acuerdos y hacer frente de un modo efectivo a este reto".
Además, aseguró que el Gobierno español ya está llevando adelante iniciativas con un "éxito notable" para apostar por un nuevo modelo productivo. En concreto, recordó que, gracias a la Estrategia Española de Cambio Climático y Energía Limpia o el Plan de Acción de Ahorro y Eficiencia Energética ya se ha conseguido "cambiar la tendencia" de las emisiones de efecto invernadero, que en 2008 supuso un descenso del 8%.
De la Vega fue tajante a la hora de advertir de los peligros del cambio climático, que son "una realidad científicamente contrastada". "Quienes aún se empeñan en negarla, ridiculizarla o minimizarla, incurren en la misma insensatez que quienes en el siglo XVI se obstinaban en rechazar la validez de la teoría heliocéntrica".
Además, denunció que, aunque es una amenaza que "a todos nos incumbe", existe una "desigualdad en el riesgo ecológico que está estrechamente relacionada con la desigualdad en el acceso a la prosperidad y la riqueza". De hecho, insistió en que aunque para muchas personas es un riesgo, para otros millones es "una dolorosa realidad que sufren a diario bajo la forma de malnutrición, enfermedad, miseria, violencia y muerte".
"No es lo mismo sufrir un huracán en Guatemala que en Estados Unidos, hacer frente a la subida del nivel del mar en Holanda que en Bangladesh o luchar conra la sequía en Somalia que en España", afirmó De la Vega, para después recalcar la necesidad de no resignarse a "ese orden social, económico y político profundamente desigual, injusto e inestable al que nos condena el desorden climático".
Reconoció también que ni el cambio climático es la causa de la crisis económica, ni tampoco a la inversa, y subrayó que "la depredación del capital económico tiene la misma base que la depredación de nuestro capital ecológico". Una base, explicó, construida "sobre el individualismo extremo, el egoísmo y la irresponsabilidad elevadas a la categória de virtudes sociales y económicas".
De hecho, culpó a la "ortodoxia del fundamentalismo neoliberal" de estar detrás de la "concepción depredadora del mundo, de la vida de la sociedad" que ha "santificado el egoísmo, la irresponsabilidad social y la codicia como los principios esenciales del comportamiento individual y colectivo".
Cambiar "neoliberalismo por responsabilidad"
Frente a esto, De la Vega recalcó que los problemas a los que ahora se enfrenta la sociedad deben afrontarse con "responsabilidad, compromiso colectivo y coordinación global en la respuesta". "Responder a la crisis ecológica, del mismo modo que responder a la crisis económica, nos exige mirar al mundo, comprender el mundo y relacionarnos con el mundo de otra forma, de un modo muy distinto al que nos ha propuesto el neoliberalismo", insistió.
Para ello, dijo, habrá que desplegar un "nuevo vocabulario" en el que la palabra clave sea la "responsabilidad" como "valor democrático esencial". En opinión de la vicepresidenta, todo lo que no sea mirar por la sostenibilidad en el crecimiento y dejar de anteponer "el beneficio inmediato al impacto medioambiental" será defender posiciones que "ignoran el presente, hipotecan el mañana y embargan el futuro". "Y eso, ni es beneficioso, ni es tolerable, ni es inteligente", remachó.
Con todo, De la Vega reconoció que ya se están dando pasos en el buen camino y aseguró que la próxima cumbre de Copenhague será importante para "coordinar esfuerzos contra el cambio climático y su secuela de injusticia y desigualdad". Aunque admitió que hay "diferencias" entre los países, insistió que resolverlas "ya no es una opción, es una necesidad", porque "la responsabilidad ecológica no es sólo cuestión de altruismo", una "opción ética" o una "apuesta progresista por valores de equidad y justicia", sino una "inversión inteligente".
"Podemos parar las manecillas del reloj de la degradación ecológica y del cambio climático. Podemos hacerlo protegiendo nuestro bienestar material. Podemos y debemos hacerlo, sobre todo, protegiendo lo más importante que tenemos, nuestro más preciado tesoro, aquello a lo que cantaba con hermosas palabras Caetano Veloso, a coisa mais querida, a gloria da vida", concluyó.
Acuerdo de multicooperación
Previamente a la conferencia de la vicepresidenta primera, la secretaria de Estado de Cooperación, Soraya Rodríguez, y el secretario general del Ministerio brasileño de Asuntos Exteriores, Samuel Pinheiro firmaron el memorando de entendimiento alcanzado entre ambos países para la realización de actividades de cooperación con terceros países.
El acuerdo tiene como objetivo reforzar la cooperación para el desarrollo en algunos de los países que presentan mayores índices de pobreza. Para ello, las agencias de cooperación de España y Brasil presentarán propuestas que respondan a las prioridades sectoriales y geográficas marcadas por los dos Gobiernos.
Este martes por la mañana, la vicepresidenta también asistió a la firma de una carta de intenciones entre el Ministerio de Cultura brasileño y el Instituto Cervantes, mediante el cual el Gobierno español colaborará en la propuesta brasileña de reforzar la enseñanza del español en las escuelas públicas, que cuentan con un universo potencial de 50 millones de estudiantes.
El miércoles, De la Vega pondrá fin a su visita a Brasil con una entrevista con el presidente de la República, Lula da Silva, en la que se abordarán cuestiones bilaterales y de la agenda internacional, marcada por la crisis económica y la situación en Honduras.
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