De la Borbolla, en el séquito del jeque propietario del Málaga

El presidente andaluz iba a recibir al jeque árabe qatarí Sheikh Abdallah Al-Thani, nuevo accionista mayoritario del Málaga Club de Fútbol. Al Thani entró a la reunión acompañado de algunos colaboradores. La sorpresa fue que uno de ellos, probablemente intermediario en la celebración del tal encuentro, era el mismísimo ex presidente de la Junta José Rodríguez de la Borbolla y Camoyán. Cómo el PSOE sostiene la bandera de Rodiezmo al tiempo que hace de forjador de lobbies en negocios multimillonarios sin sufrir electoralmente espasmo alguno es un misterio de la comunicación.

El máximo accionista del Málaga se reunió ayer por la tarde en Sevilla, en la Casa Rosa, sede de la Presidencia de al Junta, con Griñán, que estuvo acompañado por los consejeros de Economía, Antonio Ávila, y de Obras Públicas y Vivienda, Rosa Aguilar. Abdullah Al-Thani acudió con tres de sus colaboradores, Abdullah Ghubn, Tysir Al Sahoud y el que fuera presidente de la Junta y actual abogado José Rodríguez de la Borbolla. Al-Thani puso sobre la mesa aquellas líneas de acción en las que está dispuesto a invertir, según informaron desde el Gobierno andaluz a través de una gélida nota de prensa.

Recuérdese que al mismo tiempo que asesor, consejero o intermediario del jeque, el ex presidente de la Borbolla es miembro nato del Consejo Consultivo de la Junta de Andalucía.

Según Málaga Hoy, dentro de este paquete de proyectos se incluye como pieza principal la disposición del empresario a ejecutar en Marbella un segundo Puerto Banús. La iniciativa sobre la que estaría trabajando el jeque y su equipo de asesores es la ampliación del puerto de La Bajadilla, en el municipio marbellí, y cuyo desarrollo la Administración regional quería impulsar mediante la colaboración público-privada.

Esto es algo que, al parecer, ya conocía desde hace tiempo Griñán porque en el pasado mes de junio anunció ante un amplio grupo de empresarios que pensaba realizar infraestructuras de este tipo mediante la alianza público-privada.

El incremento de este puerto supondría dotar a La Bajadilla de 700 amarres para embarcaciones deportivas, cifra muy superior a los 268 que presenta en la actualidad. Ello, de acuerdo con las estimaciones manejadas por el Gobierno andaluz, obligaría a realizar una inversión de unos 70 millones de euros.

Al parecer, es el departamento de Obras Públicas que dirige la ex alcaldesa de Córdoba, Rosa Aguilar, del que depende la Agencia de Puertos de Andalucía, la que sigue el interés mostrado por el jeque qatarí.

El que dio primero fue el PP

El de ayer no es el primer encuentro que sostiene el jeque en Andalucía, sino que es el tercero.  A Griñán le han precedido la alcaldesa de Marbella, Ángeles Muñoz, del PP, y el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, igualmente del PP. Precisamente, fue en la reunión con Muñoz donde puso sobre la mesa la opción de actuar en La Bajadilla.

Según Málaga Hoy, "todo apunta a que el empresario, con estos contactos en primera persona, trata de tomar ventaja en el nuevo escenario diseñado por la propia Junta, en el que quiere ligar ciertas intervenciones de coste elevado, pero de rentabilidad poco dudosa, a la iniciativa privada. En concreto, el de La Bajadilla es uno de los dos puertos deportivos que la Administración autonómica incluye en esta fórmula. El otro es el de Carboneras."

Más gente interesada, no sólo el jeque

Pero no es sólo el jeque el interesado en estas grandes obras. El delegado de Obras Públicas y Vivienda en la provincia de Málaga, Enrique Benítez, ya subrayó hace días el interés que ha despertado la ampliación del puerto marbellí en cinco o siete entidades bancarias, "incluidos el Banco Santander y el BBVA", dispuestas a participar en el proyecto. El atractivo de esta ampliación no reside sólo en la posibilidad de alcanzar los 700 atraques, sino también en que la entidad concesionaria podrá gestionar la zona comercial que se cree en los nuevos espacios, acción que irá acompañada de la modificación que se llevará a cabo en la zona en el nuevo Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU) de la ciudad marbellí con el traslado del polígono industrial La Ermita y la creación de viviendas, zonas deportivas y equipamientos, entre otros usos, en los alrededores.