La responsable del invento es la doctora Sonnet Ehlers, que, según ha contado a Daily Mail, quedó tan impresionada hace cuarenta años cuando llegó a su consulta una joven que había sido violada, que sintió que debía hacer algo. La idea, se la dio la propia paciente: "Ojala tuviera dientes ahí abajo" le dijo. A partir de entonces, Ehlers se dedicó a investigar cómo crear un sistema que se asemejase ello.
El resultado se llama RAPES, y se trata de un preservativo femenino con dientes, que hace que el pene quede atrapado durante la penetración. Según narra la doctora, su objetivo es ser un elemento de defensa para las mujeres que sufren una agresión sexual.
La mujer introduce el preservativo como un tampón, y si se produce la violación, los dientes internos atrapan al hombre. Una vez insertado, sólo un médico puede retirarlo, de hecho si se intenta quitar el mecanismo hace que se cierre aún más. "Consulté ingenieros, ginecólogos y psicólogos para que ayudasen en el diseño y hacerlo más seguro", asegura la doctora.
Ehlers planea distribuir más de 300.000 preservativos femeninos de manera gratuita durante el Mundial de fútbol de Sudáfrica. Su precio de venta, al margen de estos ejemplares, rondará los dos dólares.
Al invento no han tardado en salirle detractores. Daily Mail también recoge el testimonio de Victoria Caja, miembro del Centro de Control y Prevención de Uganda, que se muestra en contra porque "potencia la imagen vulnerable de la mujer" y añade que "el miedo rodea a la víctima, el acto de llevar el preservativo previo al asalto representa una esclavitud a la que la mujer no debería estar sujeta".