Así, el tráfico ligero dispone ahora de otro desvío, a través de las carreteras AS-17 y NV-5, pero éstas no son aptas para camiones y autobuses, según ha explicado a Efe el alcalde de Navia, Ignacio García Palacios, quien se encuentra en la zona donde se está derribando con explosivos una curva de la carretera de la N-634.
Militares de la UME desplazados desde León y bomberos de Asturias están utilizando explosivos para dinamitar el talud de la carretera N-634 que se ha convertido en la presa "de este pantano indeseado", explica el alcalde.
Los dos grandes tubos (de unos cuatro y dos metros de diámetro), que encauzaban el río Barayo bajo la N-634, están bloqueados por árboles y maleza debido a las intensas lluvias desde el viernes y han hecho que el agua se remanse en el valle formando un embalse.
Varias viviendas de El Bao han quedado anegadas hasta los tejados y el agua, que no ha cesado de aumentar su nivel pese a las tareas de achique que militares y bomberos realizan también con motobombas, ha alcanzado esta tarde al tramo de antigua carretera que ha estado sirviendo de ruta alternativa a la N-634.
La antigua carretera está situada unos veinte metros por debajo de la N-634, a la que si bien no llega el agua embalsada, sí que perdió parte de su arcén debido a los derrumbes que ha sufrido el talud.
El alcalde explica que si consiguen dinamitar la N-634 y "romperla del todo", aunque se tarden meses en su reconstrucción, se logrará que el nivel del agua descienda y deje de anegar al tramo de antigua carretera que servía de desvío alternativo para el tráfico pesado.
En las proximidades de la zona existe un tramo en construcción de la Autovía del Cantábrico (A-8).