L D (EFE) La celeridad con la que Corea del Norte ha reconocido la explosión y ha pedido ayuda internacional hace temer una tragedia de una gran magnitud, dos días después de que volara por los aires la estación de tren de Ryongchon, a 50 kilómetros al norte de Pyongyang.
La KCNA, confirmó el lugar del suceso, la ciudad de Ryongchon, fronteriza con China, y atribuyó la explosión a una "negligencia" durante una maniobra entre vagones cisterna y otros cargados de abono enriquecido con nitrato de amonio. Asimismo, informó de que la detonación se produjo por un contacto eléctrico, cuando se cambiaban de vía esos vagones. En la vecina Corea del Sur, la prensa informó de que la estación quedó destruida en un radio de 160 metros tras analizar la fotografía de satélite tomada después de la explosión y se cree que el número de muertos podría ser muy elevado dada la densa concentración de viviendas en torno a ese núcleo ferroviario.
A través de su agencia oficial, el Gobierno norcoreano agradeció "la voluntad de los gobiernos de varios países, organismos e instituciones internacionales", que asistirán a su país, una expresión de gratitud que al mismo tiempo es vista como una petición indirecta de que se acelere la ayuda.