LD (EFE) Así lo acuerda este tribunal en una sentencia en la que además impone a Alejandro B.D., Diego G.G. y Guillermo Antonio G.Q. (internos de la cárcel) siete años de prisión y el pago de 14.000 euros y a María José B.D. (hermana de Alejandro) cuatro años y la misma multa por un delito contra la salud pública, los tres primeros con la agravante de reincidencia.
En el caso de Luis Manuel G.M. la Sala aplica la agravante de su condición de funcionario de prisiones.
La Audiencia declara probado que la Guardia Civil tuvo conocimiento en septiembre de 2006 de que en el interior del centro penitenciario de Villabona un venezolano, Guillermo Antonio G.Q., realizaba acciones relacionadas con el tráfico de drogas. Había escuchado la conversación que mantenían dos hombres en un bar de Gijón, uno de las cuales facilitó el número de teléfono de esa persona al otro, que se encontraba próximo a ingresar en la cárcel, por si estuviese interesado en introducir droga en la prisión.
Por ello, la Guardia Civil solicitó el 30 de septiembre de 2006 al Juzgado de Instrucción número 1 de Oviedo la intervención del teléfono, al comprobar que en el citado centro penitenciario se encontraba Guillermo Antonio G.Q., que fue autorizada y que se prorrogó el 3 de noviembre siguiente. Mientras, se llevó a cabo una vigilancia y seguimientos desde esa fecha a las personas relacionadas con el interno .
Así, la Benemérita pudo conocer que el 15 de noviembre de 2006 María José B.D. acudió a Villabona a recoger a su hermano Alejandro y a su amigo Diego G.G., que habían salido del centro donde se encontraban cumpliendo condena por un delito contra la salud pública, para disfrutar de un permiso.
Ese mismo día, sobre las seis de la tarde, se trasladaron a una sidrería de Oviedo y desde allí Alejandro y Diego se dirigieron a un centro comercial próximo, donde el primero adquirió tres teléfonos móviles, tras lo cual regresaron a la sidrería, donde Alejandro entregó dos de los teléfonos a Diego.
El 21 de noviembre de 2006, María José B. se encontró en esa misma sidrería con el funcionario de prisiones Luis Manuel G., a quien entregó al día siguiente una bolsa de plástico con una caja con un teléfono móvil, una báscula de precisión y una bolsita con heroína, que ella a su vez había recibido de Diego G. y Alejandro B., por encargo de Gillermo Antonio G.Q., para que la introdujera en el centro penitenciario.
La Guardia Civil detuvo dos día después al funcionario en las proximidades del centro penitenciario cuando se dirigía a trabajar con su vehículo, y le intervino la citada bolsa, que contenía 185,46 gramos de heroína, valorada en 14.271 euros, tres teléfonos móviles, la balanza de precisión y un trozo de papel con unas indicaciones de la sidrería que le había dado Guillermo Antonio G.Q..
El día 24 de noviembre siguiente fue detenida María José B. y en el registro de su domicilio le fueron ocupadas dos cajas de teléfonos móviles vacías. Guillermo Antonio G.Q., Diego G.G. y Alejandro B.D. ya fueron condenados en 2005 por un delito contra la salud pública.
En el caso de Luis Manuel G.M. la Sala aplica la agravante de su condición de funcionario de prisiones.
La Audiencia declara probado que la Guardia Civil tuvo conocimiento en septiembre de 2006 de que en el interior del centro penitenciario de Villabona un venezolano, Guillermo Antonio G.Q., realizaba acciones relacionadas con el tráfico de drogas. Había escuchado la conversación que mantenían dos hombres en un bar de Gijón, uno de las cuales facilitó el número de teléfono de esa persona al otro, que se encontraba próximo a ingresar en la cárcel, por si estuviese interesado en introducir droga en la prisión.
Por ello, la Guardia Civil solicitó el 30 de septiembre de 2006 al Juzgado de Instrucción número 1 de Oviedo la intervención del teléfono, al comprobar que en el citado centro penitenciario se encontraba Guillermo Antonio G.Q., que fue autorizada y que se prorrogó el 3 de noviembre siguiente. Mientras, se llevó a cabo una vigilancia y seguimientos desde esa fecha a las personas relacionadas con el interno .
Así, la Benemérita pudo conocer que el 15 de noviembre de 2006 María José B.D. acudió a Villabona a recoger a su hermano Alejandro y a su amigo Diego G.G., que habían salido del centro donde se encontraban cumpliendo condena por un delito contra la salud pública, para disfrutar de un permiso.
Ese mismo día, sobre las seis de la tarde, se trasladaron a una sidrería de Oviedo y desde allí Alejandro y Diego se dirigieron a un centro comercial próximo, donde el primero adquirió tres teléfonos móviles, tras lo cual regresaron a la sidrería, donde Alejandro entregó dos de los teléfonos a Diego.
El 21 de noviembre de 2006, María José B. se encontró en esa misma sidrería con el funcionario de prisiones Luis Manuel G., a quien entregó al día siguiente una bolsa de plástico con una caja con un teléfono móvil, una báscula de precisión y una bolsita con heroína, que ella a su vez había recibido de Diego G. y Alejandro B., por encargo de Gillermo Antonio G.Q., para que la introdujera en el centro penitenciario.
La Guardia Civil detuvo dos día después al funcionario en las proximidades del centro penitenciario cuando se dirigía a trabajar con su vehículo, y le intervino la citada bolsa, que contenía 185,46 gramos de heroína, valorada en 14.271 euros, tres teléfonos móviles, la balanza de precisión y un trozo de papel con unas indicaciones de la sidrería que le había dado Guillermo Antonio G.Q..
El día 24 de noviembre siguiente fue detenida María José B. y en el registro de su domicilio le fueron ocupadas dos cajas de teléfonos móviles vacías. Guillermo Antonio G.Q., Diego G.G. y Alejandro B.D. ya fueron condenados en 2005 por un delito contra la salud pública.