La sentencia considera al acusado culpable de un delito de coacción y se da así credibilidad a la versión de la víctima, que inicialmente denunció su situación al sindicato UGT. La mujer, pese a las indicaciones del encargado, decidió no abortar, perdió el trabajo y su litigio se salda tres años después con esta decisión favorable del juez.
Desde UGT, que a inicios de año había calificado el caso como ejemplo de discriminación laboral, se transmite satisfacción por la sentencia que respalda la postura alegada por el sindicato.
Mientras, la defensa ha confirmado la presentación de un recurso ante la Audiencia de Gerona y ha lamentado que el juez haya basado su decisión en la versión de la mujer y no en las pruebas presentadas.
La víctima, en declaraciones a Radio Gerona recogidas por Efe, ha declarado que tenía "mucho miedo" ante todo este caso, pero que decidió "tirar adelante" y ha considerado increíble la situación que se le ha planteado "por traer una criatura al mundo".