Los hechos por los que se le acusa ocurrieron a las seis de la mañana del pasado 1 de noviembre, cuando la enfermera que acudía habitualmente al domicilio de la anciana, situado en el barrio europeo de Bruselas, sorprendió al procesado con su víctima.
La enfermera pidió ayuda en la calle y Pérez fue retenido por unos empleados del servicio de recogida de basuras, lo que permitió que fuese detenido por la Policía.
Durante el interrogatorio, el hombre indicó que no recordaba nada y añadió que era un "coronel". Bajo arresto, se le realizó igualmente una evaluación psiquiátrica.
Ya durante el juicio, se puso de manifiesto que el hombre carecía de contactos sociales en Bélgica, pues su familia reside en Guatemala y él no habla francés ni neerlandés.
El ministerio público había pedido una pena de cinco años y, la defensa, un sobreseimiento parcial, según la agencia Belga.