(Libertad Digital) Los padres de Marta del Castillo están desesperados. Ya han pasado 86 días desde que su hija desapareció. Los imputados cambian constantemente sus versiones ante el juez y el principal encausado, Miguel Carcaño, autor confeso del crimen de la joven, ha señalado dos puntos donde supuestamente habrían arrojado el cadáver: el río Guadalquivir y unos contenedores cercanos a su casa. La búsqueda en los dos ha resultado infructuosa. En el vertedero se sigue rastreando sin que de momento haya servido para nada.
En un reportaje concedido a Crónica, de El Mundo, Antonio del Castillo relata cómo él y sus familiares intentan realizar averiguaciones por su cuenta. Exceptuando la casa de Miguel, ha estado en todos los lugares relacionados con el crimen.
Ha acudido hasta los cubos de basura donde el principal acusado asegura que arrojaron el cuerpo. Iluminados y bastante altos es difícil pensar que Carcaño y el Cuco, el menor imputado, pudieran arrojarlo. “Tendrían que haber logrado elevar a pulso el cuerpo –más de 50 kilos de peso– hasta la altura de los hombros, y ser capaces de accionar a la vez el pedal que abre el container con el pie. ¿Pudo ayudarles alguien más? ¿Y, de todos modos, quién iba a ser tan torpe como para dejar el cuerpo del delito al lado de su casa?”, se pregunta el padre de Marta.
Nunca ha creído en videntes pero la desesperación le ha hecho prestar atención a alguno de ellos que se ponen en contacto con la familia. “En una ocasión se fue a buscar a Jerez a una adivina cuyas percepciones le parecieron factibles y anduvo dando tumbos por Sevilla al compás de sus visiones”.
Eso sí, se ha reincorporado al trabajo. “Necesitaba volver a estar ocupado porque todos los días me levanto pensando dónde estará Marta, doy vueltas a la casa pensando dónde estará Marta y me acuesto pensando dónde estará Marta”.
La madre de la joven sevillana, Eva Casanueva, también ha hablado en esta ocasión con Crónica. “La culpa la tienen las leyes. No hay medios legales para hacer que hablen. No te das cuenta de lo injustas que son las leyes hasta que no te tocan de cerca. ¿Cómo es posible que un implicado mienta una y otra vez y no se pueda hacerle hablar?, ¿y por qué no quieren que aparezca la niña? ¿dónde está la niña?, ¿qué le han hecho a la niña? Antonio del Castillo añade: “Que me metan a mi dos meses con él en la cárcel, verás como yo lo hago confesar. El problema es que la policía y el juez están atados de manos. Yo no digo que torturen a nadie pero… ¿cómo vivimos nosotros sabiendo que nuestra hija está muerta y que quienes saben dónde está no lo dicen?”
Los padres, vecinos, amigos y miles de personas piden la cadena perpetua para este tipo de casos. “Es lo justo. Que pasen toda la vida encerrados. ¿No nos han condenado ellos a nosotros a la pena perpetua?, se pregunta la madre de Marta.