L D (EFE) Los manifestantes acudieron a las dependencias del Ayuntamiento a primera hora de esta mañana con la intención de estar presentes en la sesión pública del pleno donde, con el respaldo del PP y el BNG, se pretendía aprobar un plan que los vecinos consideran que afecta a sus propiedades y para el que señalaron que no se les pidió opinión.
Ante los insultos y los gritos de "farsantes, demagogos y vendidos", los concejales populares y nacionalistas de la corporación municipal optaron por abandonar el salón de plenos por la puerta que conduce a las dependencias de la Alcaldía y aplicar un receso en el debate que se prolongó durante más de una hora.
Los portavoces de los cuatro grupos que conforman la corporación (PP, BNG, PSOE y Partido Galleguista) aprovecharon para reunirse a puerta cerrada. El portavoz socialista, Ventura Pérez Mariño, cuyo grupo se opuso al PGOM, se propuso como mediador entre la corporación y los manifestantes para lograr calmar los ánimos.
Esta propuesta, a la que sumó la solicitud de suspender el pleno y celebrarlo en otro lugar con mayor aforo para garantizar la presencia de todos los ciudadanos que lo deseasen, despertó duras críticas entre los demás miembros de la corporación.
El portavoz nacionalista, Lois Pérez Castrillo, acusó a Pérez Mariño de ser "el autor intelectual del conflicto" y la propuesta fue rechazada por unanimidad de los demás grupos políticos, quienes consideraron esa solicitud como una muestra de complicidad del socialista con los manifestantes.
Ante los insultos y los gritos de "farsantes, demagogos y vendidos", los concejales populares y nacionalistas de la corporación municipal optaron por abandonar el salón de plenos por la puerta que conduce a las dependencias de la Alcaldía y aplicar un receso en el debate que se prolongó durante más de una hora.
Los portavoces de los cuatro grupos que conforman la corporación (PP, BNG, PSOE y Partido Galleguista) aprovecharon para reunirse a puerta cerrada. El portavoz socialista, Ventura Pérez Mariño, cuyo grupo se opuso al PGOM, se propuso como mediador entre la corporación y los manifestantes para lograr calmar los ánimos.
Esta propuesta, a la que sumó la solicitud de suspender el pleno y celebrarlo en otro lugar con mayor aforo para garantizar la presencia de todos los ciudadanos que lo deseasen, despertó duras críticas entre los demás miembros de la corporación.
El portavoz nacionalista, Lois Pérez Castrillo, acusó a Pérez Mariño de ser "el autor intelectual del conflicto" y la propuesta fue rechazada por unanimidad de los demás grupos políticos, quienes consideraron esa solicitud como una muestra de complicidad del socialista con los manifestantes.