L D (EFE) La mujer fue asesinada a tiros con una escopeta de caza la noche del primero de enero en su domicilio del Arenal supuestamente a manos de su ex compañero sentimental, que ya ha ingresado en prisión, que también hirió de gravedad a dos de los hijos de ella, de 21 y 18 años, que permanecen hospitalizados.
El funeral, oficiado por la rector de la parroquia, el franciscano Jordi Perelló, reunió a parte de la familia de la víctima, a sus amigos y a sus vecinos, así como a diversas autoridades de Baleares, entre ellas la vicepresidenta del Gobierno balear, Rosa Estarás, o la consellera de Presidencia, Rosa Puig. También estuvieron presentes en el acto religioso, organizado por el Ayuntamiento de Llucmajor, el alcalde de esta localidad, Lluc Tomás, y la directora del Instituto Balear de la Mujer, Isabel Llinás.
Durante la homilía, el párroco animó a los presentes a luchar contra "cualquier tipo de violencia, ya sea física o verbal", aunque especialmente contra la que se ejerce contra las mujeres, a la que tildó de "lacra" que hay que combatir. El funeral vivió momentos emotivos, como la subida al altar de todos los niños presentes en el acto mientras el coro y los fieles cantaron un padre nuestro.
La hija de 16 años de la víctima, que logró escapar del agresor la noche de la tragedia, se dispuso a seguir la misa, pero en seguida se mostró indispuesta y tuvo que abandonarla. Al término del oficio, el alcalde Lluc Tomás, acompañado del resto de autoridades, salió de la parroquia y se dirigió a los reunidos para expresar su solidaridad por la muerte de Pilar y desear una pronta recuperación de sus dos hijos.
Reconoció que la violencia de género es un "problema de raíces tan profundas y tantas ramificaciones, que su solución es compleja", pero consideró que "entre todos" puede combatirse poco a poco, las administraciones poniendo los recursos necesarios para proteger a las víctimas y la sociedad, sensibilizando a los ciudadanos. Tras ello, se guardó un minuto de silencio, que finalizó con un sonoro aplauso.
El funeral, oficiado por la rector de la parroquia, el franciscano Jordi Perelló, reunió a parte de la familia de la víctima, a sus amigos y a sus vecinos, así como a diversas autoridades de Baleares, entre ellas la vicepresidenta del Gobierno balear, Rosa Estarás, o la consellera de Presidencia, Rosa Puig. También estuvieron presentes en el acto religioso, organizado por el Ayuntamiento de Llucmajor, el alcalde de esta localidad, Lluc Tomás, y la directora del Instituto Balear de la Mujer, Isabel Llinás.
Durante la homilía, el párroco animó a los presentes a luchar contra "cualquier tipo de violencia, ya sea física o verbal", aunque especialmente contra la que se ejerce contra las mujeres, a la que tildó de "lacra" que hay que combatir. El funeral vivió momentos emotivos, como la subida al altar de todos los niños presentes en el acto mientras el coro y los fieles cantaron un padre nuestro.
La hija de 16 años de la víctima, que logró escapar del agresor la noche de la tragedia, se dispuso a seguir la misa, pero en seguida se mostró indispuesta y tuvo que abandonarla. Al término del oficio, el alcalde Lluc Tomás, acompañado del resto de autoridades, salió de la parroquia y se dirigió a los reunidos para expresar su solidaridad por la muerte de Pilar y desear una pronta recuperación de sus dos hijos.
Reconoció que la violencia de género es un "problema de raíces tan profundas y tantas ramificaciones, que su solución es compleja", pero consideró que "entre todos" puede combatirse poco a poco, las administraciones poniendo los recursos necesarios para proteger a las víctimas y la sociedad, sensibilizando a los ciudadanos. Tras ello, se guardó un minuto de silencio, que finalizó con un sonoro aplauso.