LD (M. Llamas) Los países en desarrollo no están dispuestos a aceptar el ambicioso objetivo de reducir un 50 por ciento las emisiones de CO2 para 2050, tal y como habían establecido este martes las economías más ricas del planeta (G8).
Y es que, dicho acuerdo estaba condicionado a que los países emergentes (sobre todo India y China) aceptaran un objetivo de similares características. Sin embargo, China e India no van a aceptar el compromiso del G8 para reducir las emisiones de CO2 al 50 por ciento, según recoge el diario alemán Spiegel.
Los dos países asiáticos simplemente se mostraron dispuestos a adoptar algunas medidas para reducir las emisiones “más adelante”. Se trata de una cuestión de vital importancia, ya que la solución a la supuesta crisis climática carece de validez alguna sin la participación de ambas potencias, recoge el diario.
Rechazo entre los países emergentes
En cuanto salió a la luz el acuerdo formal sobre clima adoptado por el G8 saltaron los rumores de descontento en el seno del denominado G5 (China, India, México, Brasil y Sudáfrica), tal y como recoge el blog desdeelexilio. Así, pese a que la mayoría de medios de comunicación se apresuraron a ensalzar la voluntad de EEUU (primera potencia mundial) a reducir sus emisiones de CO2 para 2050, el citado acuerdo ha quedado en agua de borrajas.
Y es que, el documento incluía ciertas condiciones que, de no cumplirse, invalidaban el compromiso sobre CO2, en el sentido de que los países desarrollados no se verían obligados a cumplir con el objetivo sobre la reducción de emisiones, tal y como recogía este martes LD.
De hecho, el acuerdo ni siquiera hacía alusión a un año base de referencia sobre el que medir los recortes de CO2. Es más, Japón aludía a que, en todo caso, la reducción de emisiones acordado por los países ricos tomaría como año base de referencia los niveles de emisión de CO2 actuales (2008), en lugar de 1990 (año de referencia para el Protocolo de Kioto).
El rechazo de las economías en desarrollo pone de manifiesto que estos países no están dispuestos, de momento, a abrazar las restricciones al desarrollo que impone la teoría ecologista sobre el cambio climático.