LD (Agencias) Veinticuatro horas después del terremoto de 7,8 grados que ha causado más de doce mil muertos en China, según los datos oficiales, los equipos de salvamento y socorro mantienen las tareas para rescatar a miles de personas que se teme permanecen sepultadas entre los escombros de hormigón y acero de escuelas, hospitales, fábricas y viviendas. El distrito de Wenchuan, en el epicentro del mayor terremoto de los últimos treinta años y con una población de veinticuatro mil personas, sigue aislado, pues las carreteras están destruidas o bloqueadas por desprendimientos de rocas y tierras.
Ante la urgente situación, el régimen chino ordenó que unos 1.300 soldados caminaran bajo una intensa lluvia unos veinte kilómetros de carreteras destruidas que unen la ciudad de Dujiangyan a Wenchuan. Más de cuarenta mil miembros del Ejército de Liberación Popular (ELP) y de la Policía armada, experimentados en las difíciles condiciones del territorio chino, han sido movilizados y veinte aviones militares transportan el personal y el material necesario.
Según Jiang Haikun, experto de la Red Sismológica de China, la gran energía que liberó el terremoto es similar a la del registrado en 1976 en Tangshan, que causó 240.000 muertos. Por la magnitud y los destrozos que ha dejado, el primer ministro Wen Jiabao, calificó el fenómeno de "desastre superior" e indicó que "la situación es más grave de lo que habíamos estimado anteriormente, y necesitamos a más gente aquí para ayudar". Por su parte, el presidente Hu Jintao instó a todos los implicados a dar la máxima prioridad al rescate de las víctimas.