(Libertad Digital) Manuel Fraga, Cuaderno de notas de una vida (Edaf, 2007) es una recopilación en formato de diccionario de las opiniones, pensamientos y vivencias del presidente y fundador del PP, ex presidente de la Xunta de Galicia y actual senador, recogidas por el periodista y editor Enrique Beotas. Manuel Fraga se pronuncia por primera vez, a lo largo de sus notas privadas, sobre acontecimientos y personajes contemporáneos que conforman un diccionario de la A a la Z con 200 términos.
Este lunes, en el Club Siglo XXI de Madrid, el libro será presentado por Santiago Carrillo y Alberto Ruiz Gallardón. Hay que recordar que se celebra el trigésimo aniversario de la presentación que, entonces en plena Transición, hiciera Manuel Fraga de Santiago Carrillo en el mismo lugar, pocas semanas después de que se legalizara el PCE.
Entre los temas tratados en el libro se hace referencia a asuntos en los que Fraga fue protagonista cuando era ministro de Gobernación, como los incidentes de Montejurra.
También se recogen sus recuerdos sobre la Guerra Civil, sus despachos semanales con Franco, el fusilamiento de Julián Grimau y sus opiniones sobre el comunismo, el islamismo u otros conceptos más personales, como la traición o la felicidad.
Sin olvidar su valoración sobre personajes de la actualidad como José Luis Rodríguez Zapatero, José María Aznar, Mariano Rajoy, Alberto Ruiz-Gallardón o Felipe González, junto a personalidades internacionales e históricas como George Bush Jr., Mijail Gorbachov o Winston Churchill. El libro de Enrique Beotas recoge explicaciones de Manuel Fraga sobre algunas de sus frases más históricas como “La calle es mía”, “Razón de Estado” o “Me los como crudos”.
Manuel Fraga, Cuaderno de notas de una vida es el resultado de 24 horas de íntimas conversaciones entre el periodista y el actual senador. Una obra que cuenta con prólogo de Francisco Camps, presidente de la Generalitat Valenciana, y piezas de Santiago Carrillo, ex secretario general del PCE, y Alberto Ruiz Gallardón, alcalde de Madrid. Además recoge un epílogo del rector de la Universidad de Santiago, Senén Barro, en el que reflexiona sobre la entidad universitaria y su relación con la universidad de Santiago de Compostela.