L D (EFE) Carmen Calvo ha añadido también que los libros deben situarse "al margen de los procesos de liberalización absoluta" o al menos "someterse a un tratamiento de especificidad que permita protegerlos". La ministra de Cultura ha señalado que una de estas protecciones es el establecimiento de un "precio fijo" que, independientemente del descuento que se aplique, evite que los libros se conviertan en productos cuyos precios "suben y bajan".
Frente a los mensajes de la Organización Mundial del Comercio, que, según la ministra, "busca, en cada una de sus negociaciones, la mayor liberalización posible de todos los productos que circulan en el mercado", Calvo matizó que el libro no puede incluirse en esta categoría porque no es un "producto puro y duro", sino que cumple otros "fines culturales diferentes". Con este tipo de medidas "muy ideológicas", la ministra de Cultura pretende que "ninguna cultura nos pase por encima como una apisonadora".
Carmen Calvo ha hecho estas declaraciones en Santander donde ha inaugurado el XX Encuentro sobre la Edición organizado por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP).
Por otra parte, la ministra ha explicado que su departamento quiere desarrollar en esta legislatura un proyecto a muy largo plazo para fomentar la lectura infantil y juvenil debido a la necesidad de "captar a este público" que "cree que las nuevas tecnologías como el Internet pueden sustituir a la lectura". Según Calvo, los planes de fomento de la lectura deberían ser políticas de Estado "intocables" que permanecieran estables independientemente del signo político del partido gobernante.