L D (EFE) Mientras tanto, aumenta el temor al coste que la enfermedad puede tener en la economía de Canadá, un país del Grupo de los Siete (G7), y que ya ha sido reconocido por el propio Banco de Canadá, mientras que los analistas y economistas privados están revisando aún más a la baja sus perspectivas de crecimiento.
El alcalde de Toronto, Mel Lastman, cree que la ciudad está siendo tratada de forma injusta. "Nunca he estado más enfadado en mi vida", afirmó el alcalde en una emotiva conferencia de prensa en respuesta a la decisión de la OMS de recomendar que no se viaje a Toronto, excepto por motivos esenciales, durante las próximas tres semanas. Lastman insistió en que "vivir y viajar a Toronto es seguro", y lanzó una crítica a la OMS porque "nunca han emitido un aviso como este en su historia".
Por su parte, Colin D'Cunha, responsable de sanidad de la provincia de Ontario, en la que se encuentra Toronto, criticó que la decisión de la OMS se tomó sin consultar a las autoridades provinciales y consideró que se trata de "una reacción excesiva". D'Cunha recordó que Toronto y su zona metropolitana tienen cinco millones de habitantes, por lo que "sigue siendo un lugar seguro".
La ministra de Sanidad federal, Anne McLellan, afirmó que el Gobierno de Ottawa no cree que la recomendación de la OMS "sea adecuada, teniendo en cuenta la situación en el terreno", y prometió trabajar para tratar que la organización internacional clarifique su advertencia "en las próximas horas".
Para las autoridades federales, provinciales y locales, aunque el número de afectados es considerable, se refiere casi únicamente a algunos enfermos y a personal hospitalario o personas que han visitado hospitales, lo que minimiza el riesgo del resto de los ciudadanos.
El Síndrome Respiratorio Agudo y Grave (SARS, según sus siglas en inglés) ha causado 16 muertos en Toronto y sus alrededores, lo que convierte a la ciudad más poblada de Canadá en la única fuera de Asia donde se han registrado muertes por esta enfermedad. Un total de 324 personas están incluidas en las listas canadienses como probables afectados por la neumonía atípica, la mayoría de ellas en la provincia de Ontario.
El alcalde de Toronto, Mel Lastman, cree que la ciudad está siendo tratada de forma injusta. "Nunca he estado más enfadado en mi vida", afirmó el alcalde en una emotiva conferencia de prensa en respuesta a la decisión de la OMS de recomendar que no se viaje a Toronto, excepto por motivos esenciales, durante las próximas tres semanas. Lastman insistió en que "vivir y viajar a Toronto es seguro", y lanzó una crítica a la OMS porque "nunca han emitido un aviso como este en su historia".
Por su parte, Colin D'Cunha, responsable de sanidad de la provincia de Ontario, en la que se encuentra Toronto, criticó que la decisión de la OMS se tomó sin consultar a las autoridades provinciales y consideró que se trata de "una reacción excesiva". D'Cunha recordó que Toronto y su zona metropolitana tienen cinco millones de habitantes, por lo que "sigue siendo un lugar seguro".
La ministra de Sanidad federal, Anne McLellan, afirmó que el Gobierno de Ottawa no cree que la recomendación de la OMS "sea adecuada, teniendo en cuenta la situación en el terreno", y prometió trabajar para tratar que la organización internacional clarifique su advertencia "en las próximas horas".
Para las autoridades federales, provinciales y locales, aunque el número de afectados es considerable, se refiere casi únicamente a algunos enfermos y a personal hospitalario o personas que han visitado hospitales, lo que minimiza el riesgo del resto de los ciudadanos.
El Síndrome Respiratorio Agudo y Grave (SARS, según sus siglas en inglés) ha causado 16 muertos en Toronto y sus alrededores, lo que convierte a la ciudad más poblada de Canadá en la única fuera de Asia donde se han registrado muertes por esta enfermedad. Un total de 324 personas están incluidas en las listas canadienses como probables afectados por la neumonía atípica, la mayoría de ellas en la provincia de Ontario.