L D (EFE) Los aviones supersónicos Concorde de Air France dejarán de volar definitivamente de forma oficial el 1 de noviembre próximo, aunque interrumpirán de hecho su servicio a partir del 31 de mayo, informó este jueves la compañía aérea francesa. Los de British Airways dejarán de volar la última semana de octubre, cuando acabe la temporada estival, por la caída de la demanda. BA explicó que el avión será relegado "por razones comerciales, ya que el número de pasajeros cae progresivamente al tiempo que suben los costes de mantenimiento del aparato".
Del mismo modo, Air France explicó su decisión por el deterioro de los resultados económicos de esta línea transatlántica "observada durante los últimos meses y que se aceleró desde el principio del año", debido a "la bajada de la demanda" y al "fuerte aumento" de los costes de mantenimiento desde que volvió a volar el 7 de noviembre de 2001.
Los supersónicos de Air France y Briths Airways habían permanecido temporalmente fuera de servicio desde el accidente de un Concorde de la aerolínea francesa a las afueras de París en julio de 2000, que costó la vida a 113 personas.
"La decisión de la compañía se apoya, por tanto, en razones estructurales entre las divergencias crecientes entre gastos e ingresos", y ha sido adoptada en "estrecha relación con el constructor Airbus", subrayó Air France. "Comprendemos y respetamos completamente la decisión de Air France y Britsh Airways, sobre todo en el contexto económico actual", manifestó el presidente de Airbus, Noel Forgeard, cuya empresa apoyara a estas compañías "para cumplir plenamente los criterios más estrictos de mantenimiento de seguridad del aparato".
Air France abandona con "pesar" la explotación de sus Concorde, pero esa decisión "se imponía", dijo, por su parte, el presidente de la aerolínea gala, Jean-Cyril Spinetta. "No olvidaremos nunca a todos los que, haciendo volar al Concorde durante cerca de tres décadas, han permitido a Air France escribir una de las páginas más bellas de la historia de la aviación", subrayó Spinetta.
El Estado francés, accionista mayoritario de Air France, respetará cualquier decisión de esa compañía sobre el Concorde, incluida la suspensión de su explotación, afirmó a principios de esta semana el secretario de Estado de Transportes, Dominique Bussereau. "Cualquier decisión que tome Air France será aceptada por el accionista principal actual (...), si la decisión es parar la explotación el Gobierno, al igual que todos los franceses, verterá una lágrima, que no será una lágrima de cocodrilo", dijo Bussereau, en una reunión con la asociación de periodistas de la aeronáutica y del espacio (AJPAE).
Fuentes sindicales de Air France afirmaron que el índice de viajeros en los Concorde de la aerolínea francesa ha caído por debajo del 20 por ciento desde que comenzó la guerra en Irak, el pasado 20 a de marzo. A estos problemas se suma el desconcierto causado por la nueva hipótesis sobre la causa del accidente de julio de 2001. Un informe pericial difundido a finales del mes pasado por la prensa atribuye el accidente a una pieza que se desprendió del tren de aterrizaje, lo que contradice la versión oficial, que asegura que el aparato pisó una lámina metálica caída de otro avión.
Del mismo modo, Air France explicó su decisión por el deterioro de los resultados económicos de esta línea transatlántica "observada durante los últimos meses y que se aceleró desde el principio del año", debido a "la bajada de la demanda" y al "fuerte aumento" de los costes de mantenimiento desde que volvió a volar el 7 de noviembre de 2001.
Los supersónicos de Air France y Briths Airways habían permanecido temporalmente fuera de servicio desde el accidente de un Concorde de la aerolínea francesa a las afueras de París en julio de 2000, que costó la vida a 113 personas.
"La decisión de la compañía se apoya, por tanto, en razones estructurales entre las divergencias crecientes entre gastos e ingresos", y ha sido adoptada en "estrecha relación con el constructor Airbus", subrayó Air France. "Comprendemos y respetamos completamente la decisión de Air France y Britsh Airways, sobre todo en el contexto económico actual", manifestó el presidente de Airbus, Noel Forgeard, cuya empresa apoyara a estas compañías "para cumplir plenamente los criterios más estrictos de mantenimiento de seguridad del aparato".
Air France abandona con "pesar" la explotación de sus Concorde, pero esa decisión "se imponía", dijo, por su parte, el presidente de la aerolínea gala, Jean-Cyril Spinetta. "No olvidaremos nunca a todos los que, haciendo volar al Concorde durante cerca de tres décadas, han permitido a Air France escribir una de las páginas más bellas de la historia de la aviación", subrayó Spinetta.
El Estado francés, accionista mayoritario de Air France, respetará cualquier decisión de esa compañía sobre el Concorde, incluida la suspensión de su explotación, afirmó a principios de esta semana el secretario de Estado de Transportes, Dominique Bussereau. "Cualquier decisión que tome Air France será aceptada por el accionista principal actual (...), si la decisión es parar la explotación el Gobierno, al igual que todos los franceses, verterá una lágrima, que no será una lágrima de cocodrilo", dijo Bussereau, en una reunión con la asociación de periodistas de la aeronáutica y del espacio (AJPAE).
Fuentes sindicales de Air France afirmaron que el índice de viajeros en los Concorde de la aerolínea francesa ha caído por debajo del 20 por ciento desde que comenzó la guerra en Irak, el pasado 20 a de marzo. A estos problemas se suma el desconcierto causado por la nueva hipótesis sobre la causa del accidente de julio de 2001. Un informe pericial difundido a finales del mes pasado por la prensa atribuye el accidente a una pieza que se desprendió del tren de aterrizaje, lo que contradice la versión oficial, que asegura que el aparato pisó una lámina metálica caída de otro avión.