A estas alturas, la habilidad empresarial de José Bono está fuera de toda duda. Y es que, para llegar a amasar una fortuna de tal calibre, el socialista trabajó duro... tirando de las influencias que se labró como presidente de Castilla la Mancha. Así lo afirma El Confidencial, que asegura que fue el presidente del Congreso quien gestionó personalmente todos los patrocinios publicitarios para su hípica, teléfono en mano.
"Era él quien llamaba directamente a las empresas para que gestionasen las vallas publicitarias" sostienen las fuentes. Y a juzgar por los beneficios de Hípica Almenara a Bono no se le da mal el papel de vendedor, porque logró que grandes empresas como el Banco Santander, Telefónica, Endesa, Iberdrola, Mahou o Coca Cola, patrocinaran las competiciones de la hípica y/o instalasen publicidad en las vallas.
Sin esos patrocinios, resulta imposible que la Hípica fuese casi la más rentable de España. La tarifa que cobran por pupilaje no sobrepasa los 400 euros mensuales, y los ingresos derivados de las clases de equitación no revierten completamente en Bono y sus hijos, porque también tienen subcontratada otra empresa.
En cifras, ¿A cuánto asciende el beneficio de este entramado hípico? A la nada desdeñable cifra de 1,2 euros de beneficios generados. Hay que recordar que fue la Hípica Almenara aquel "olvido" entrañable de Bono, que no se acordó de declarar en sus bienes,y que el PP recuerda que "es una actividad mercantil incompatible por ley con el cargo de presidente de una comunidad autónoma que Bono ocupó hasta 2004". La hípica quedó constituida en 2001.
Otra muestra de los puntos oscuros del negocio es que sólo tiene una nómina y sus accionistas no cobran sueldo alguno, es decir, los hijos de Bono: Amelia, Ana, José y Sofía. Todos los beneficios, reinvertidos en el negocio familiar, a cuyo nombre figura registrado el apartamento de El Campello del presidente del Congreso.