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Bono telefoneó a ERC antes de acabar la reunión para comunicarle que no habría placa

Tras llamar “hijos de puta” a su propio partido, Bono ha querido corregir sus insultos  retirando con urgencia su decisión de colocar la placa de Sor Maravillas. Ni siquiera esperó a que terminara la reunión de la Mesa para dar la buena nueva a ERC.

LD (EFE) La Mesa del Congreso ha acordado este miércoles, en una sesión urgente, dar marcha atrás en su decisión de colocar en dependencias parlamentarias una placa en homenaje a la monja madrileña Santa Maravillas de Jesús, habida cuenta de que no reúne el consenso necesario de todas las fuerzas políticas.

La decisión que el órgano rector de la Cámara Baja adoptó el pasado día 4 se ha encontrado con la oposición frontal del grupo socialista y de ERC-IU-ICV, que alegaban que se vulneraba el principio de aconfesionalidad que consagra la Constitución. La decisión también era rechazada por buena parte del Partido Socialista.

El malestar había ido creciendo en los últimos días, hasta el punto de que durante la mañana de este miércoles el presidente del Congreso, José Bono, ha emitido un comunicado de prensa, en el que recuerda que el acuerdo fue unánime, a propuesta del vicepresidente tercero, el diputado del PP Jorge Fernández Díaz.

La monja santificada en 2003 había nacido en una casa cuyo lugar lo ocupa ahora un edificio anexo al Parlamento. Pese a no tratarse de una iniciativa de su partido, Bono ha asumido la explicación oficial y ha dejado claro en su nota que la placa "no respondía a otras motivaciones distintas a la notoriedad de la religiosa y a las circunstancias que unían a su familia con el Parlamento".

Aunque estaba previsto que este asunto fuera discutido en la reunión ordinaria de la Mesa del próximo martes, Bono ha convocado de urgencia a sus miembros al término de la sesión de control. Antes de acabar la reunión, Bono ha llamado por teléfono al portavoz de ERC en la Cámara Baja, Joan Ridao, para comunicarle que no habría placa. Así lo ha explicado Ridao a los periodistas durante una rueda de prensa. El diputado de IU, Gaspar Llamazares, también ha recibido la misma información de Bono respecto a la decisión de desistir de la colocación de la placa, según fuentes parlamentarias.

Tras una hora de reunión, la Mesa ha determinado por unanimidad que no se instalará la placa, decisión que ha contado con el apoyo de los miembros del PP. Después, tanto Bono como el propio Fernández Díaz, que es vicepresidente tercero de la Mesa, han argumentado la falta de consenso de los grupos para justificar la medida y han asegurado que ese respaldo colectivo era condición "sine qua non" para materializar la iniciativa.

Antes de la reunión, el presidente había admitido en su nota que incluso antes de que se iniciaran las gestiones tendentes a conseguir ese consenso se pudo constatar que el acuerdo no había sido recibido por el conjunto de los diputados y diputadas "con la misma unanimidad con que fue adoptado".

Posteriormente, en declaraciones a los medios, ha lamentado la polémica y ha subrayado que no había intención de ofender o incomodar a nadie. "Las decisiones de la Mesa y las decisiones del presidente pueden ser erróneas, singularmente las mías, pero desde luego no están cargadas de mala intención contra nadie, sea cuales sean sus ideas, para molestar", ha añadido. Personalmente, ha reconocido que no le duelen prendas en decir que lamenta que alguien haya entendido que el acuerdo iba dirigido a ofender un sentimiento religioso o una militancia laica.

Jorge Fernández Díaz, impulsor de la iniciativa, ha convenido en la necesidad de revocar el acuerdo por "sentido común" y "prudencia", y ha insistido en que su propuesta no tenía nada que ver con la laicidad del Estado porque su pretensión era "seguir con los usos y costumbres de Madrid de colocar placas evocando un hecho histórico".

El portavoz de ERC en la Cámara Baja, Joan Ridao, ha considerado "sabia" la decisión de la Mesa porque subsana un error, opinión compartida por el diputado de ICV, Joan Herrera. Sin embargo, Herrera se ha mostrado satisfecho de la "flexibilidad" de la Mesa, pero ha pedido que la polémica conduzca a una reflexión a fondo sobre la aconfesionalidad de las instituciones del Estado.

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