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Bono amordaza a los camareros del Congreso

La tan cacareada transparencia de Bono ha caído en saco roto desde que ha visto su patrimonio publicado en las páginas de los periódicos. Ha decidido amordazar hasta a los camareros del Congreso. Que no salga de la barra del bar ni una sola de las confidencias que allí se hagan los diputados.

Según cuenta el El Confidencial, el presidente del Congreso aplicará una "cláusula de silencio" en el contrato con la empresa que explota las instalaciones de restauración en la Cámara Baja. El punto número 30 del pliego de condiciones para la renovación de la contrata con Arturo (Grupo Cantoblanco) de las cuatro cafeterías y dos restaurantes incluye una cláusula de "deber de confidencialidad de la información a la que tengan acceso por razón del servicio, con carácter indefinido".

Es decir, que no se les ocurra comentar nada de lo que oigan en la barra o en las mesas en las que se reúnen los diputados para cotillear. Ni siquiera pueden revelar lo que comen y beben. En el punto 35, Bono advierte: “el incumplimiento de la obligación del contratista de guardar sigilo respecto a los datos o antecedentes que no siendo públicos o notorios estén relacionados con el objeto del contrato y de los que tenga conocimiento con ocasión del mismo, será causa de rescisión”.

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