Lo que hay realmente es la voluntad del dirigente. Si la semana pasada tras oponerse a las leyes que Griñán y Pizarro han diseñado para los Ayuntamientos daban marcha atrás cuando recibieron la "consigna" de arriba, ahora, ante la amenaza de dimisión del presidente de la FAMP, Quico Toscano, también socialista, han vuelto a dar marcha atrás y volvieron a decir que las leyes de la Junta son insuficientes para los Ayuntamientos andaluces.
La dimisión de Toscano, que ha vuelto a ser apoyado por los alcaldes que lo dejaron a los pies de los caballos, ya no es necesaria. Ahora, la dimisión necesaria es la del consejero de Gobernación, Luis Pizarro, desautorizo por los alcaldes socialistas y obstinado en mentir diciendo que todo esto es responsabilidad del PP. También sería oportuna la dimisión de todos los alcaldes que han dicho una cosa y la contraria Por higiene.
El acta de la reunión ya dejó las cosas en su sitio. Los alcaldes criticaron las leyes de la Junta con dureza, el PP dijo la verdad como el presidente de la FAMP y socialista, Quico Toscano, y, como ya es costumbre en esta Andalucía arregimentada, ni Griñán ni Pizarro dijeron la verdad. De la vergonzosa actitud de los alcaldes socialistas presentes en aquella reunión, decir y desdecirse en un día, mejor ni hablar.
Este es el documento que demostró lo que había pasado.
La crisis del PSOE y el acta de la FAMP
Una de las cosas que reveló el acta de la FAMP es el miedo incontenible que tienen los alcaldes del PSOE a su dirección regional. Tras firmar este documento que dice textualmente que las leyes no recogen demandas fundamentales planteadas por el municipalismo andaluz por lo que mostramos nuestra insatisfacción con los textos aprobados", se desdijeron aprobando un comunicado que, según El País, apoyaba en su "totalidad el contenido y los objetivos" de las llamadas leyes locales que regula la autonomía local de Andalucía y de participación en los tributos de la comunidad.
El comunicado fue suscrito por 15 de los 16 representantes del PSOE en la FAMP, salvo por su presidente y alcalde socialista de Dos Hermanas, Francisco Toscano que mostró con claridad su rechazo al contenido de las dos normas, que se encuentran en tramitación parlamentaria, por considerarlas claramente insuficientes. "Estoy sorprendido. El partido está en su derecho, pero en mi responsabilidad de presidente de la FAMP no lo suscribo y me atengo a lo que ayer se aprobó", dijo Toscano. Si hay miedo, no hay democracia.
Hay que recordar que el presidente de la FAMP, Francisco Toscano, se sintió avergonzado y desautorizado por sus compañeros socialistas cuando estos negaron haber hecho lo que según Toscano y el acta hicieron: oponerse a las leyes municipales propuestas por el gobierno Griñán. Dado que Toscano, en su calidad de presidente, tuvo que dar cuenta del contenido de la reunión de la Comisión Ejecutiva celebrada la semana pasada y que en dicha comparecencia certificó la oposición unánime de los alcaldes presentes a tales leyes, la negativa posterior de los alcaldes socialistas lo dejó absolutamente fuera de juego. Ahora se comprueba cómo los alcaldes dijeron una cosa y luego la contraria, presionados por Griñán Y Pizarro.
Naturalmente, Quico Toscano, presidente de la FAMP, ya no debe dimitir. Los que deben dimitir son todos los alcaldes socialistas que han dado uno de los más espectáculos más vistosos de inconsecuencia lógica, sumisión política y ridículo moral que se recuerdan. Y Luis Pizarro, el consejero, desautorizado por los alcaldes y los hechos.