Así, sin más. Tras la introducción de Zapatero y la suya propia, el original primer ministro italiano ha dejado solo a Zapatero cuando empezaba el turno de preguntas. El presidente del Gobierno, desconcertado, ha salido detrás de él y ha continuado la rueda de prensa en una sala contigua.
Durante la rueda de prensa, el primer ministro italiano, fiel a su estilo, se acercó a Zapatero y recordando la audiencia que el presidente español tuvo con el Papa dijo que se despedía de él "como un santo", porque ya había sido bendecido por el Pontífice. Le estrechó afectuosamente la mano y, a renglón seguido y sin mediar otra palabra, abandonó su atril dejando fuera de juego a Rodríguez Zapatero durante unos segundos que se le hicieron eternos.
Al jefe del Ejecutivo español se le veía desde su atril intercambiando palabras con sus colaboradores hasta que previsiblemente se enteró de que realmente Berlusconi se había ido. Sólo entonces abandonó la rueda de prensa.
La Alianza de Civilizaciones, presente
Posteriormente, en una sala contigua, y solo, claro, Zapatero informó sobre su audiencia con el Papa. El presidente indicó que pidió a "Su Santidad que la Alianza de Civilizaciones esté muy presente en la actuación del Vaticano". También dijo que las relaciones con la Iglesia en España pasan "un buen momento".
En este sentido, el jefe del Ejecutivo afirmó que una parte de la audiencia se centró en temas en los que la jerarquía española y el Gobierno han tenido debate. Dijo que en un "tono correcto" habló con el Papa sobre educación y sobre la ley de libertad religiosa.