L D (Agencias) Ante decenas de miles de personas que llenaban la plaza de San Pedro del Vaticano, entre ellas unos 7.000 chilenos y varios centenares de españoles y latinoamericanos, Benedicto XVI canonizó al jesuita chileno Alberto Hurtado Cruchaga (1901-1952), a los italianos Felice da Nicosia (1715-1787) y Gaetano Catanoso (1879-1963), y a los polacos Jozef Bilczewski (1860-1923) y Zygmunt Gorazdowski (1845-1920).
Tras resaltar las virtudes de los nuevos santos, el Papa destacó los 22 días de Sínodo de Obispos dedicados a la Eucaristía y dijo que la contemplación de ésta "debe empujar a todos los miembros de la Iglesia, en primer lugar a los sacerdotes, a reavivar el compromiso de fidelidad".
"En el misterio eucarístico se funda el celibato que los presbíteros han recibido como don precioso y signo del amor indivisible hacia Dios y el prójimo", afirmó el Obispo de Roma, resaltando que el celibato no es sólo una norma canónica, sino que también tiene una base teológica.
El Papa pidió a los cristianos a "comenzar de nuevo, desde Cristo" y subrayó que la Eucaristía empuja al cristiano a ser "pan partido para los demás" y a comprometerse por un mundo más justo y fraternal.
El Pontífice tuvo palabras de afecto para los obispos chinos que no pudieron participar en el Sínodo debido a la negativa de las autoridades de Pekín a permitirles el viaje, afirmando que "con viva pena" todos los participantes "les hemos echado en falta". Benedicto XVI aseguró que el "sufrido camino" de la Iglesia China "no quedará sin dar fruto".
El "Padre Hurtado"
Refiriéndose a los nuevos santos y tras subrayar su alegría por presidir por primera vez una canonización, Ratzinger destacó que fueron hombres que dedicaron sus vida a la dedicación eucarística y al amor por los más pobres y desheredados. De San Alberto Hurtado, el "Padre Hurtado" como es conocido por los chilenos, dijo que quiso identificarse con Dios y amar con su mismo amor a los pobres.
"En el amor y entrega total a la voluntad de Dios encontraba la fuerza para el apostolado. Fundó El Hogar de Cristo para los más necesitados y los sin techo, ofreciéndoles un ambiente familiar lleno de calor humano. Al final de sus días, entre los fuertes dolores de la enfermedad, aún tenía fuerzas para repetir: "Contento, Señor, contento", expresando así la alegría con la que siempre vivió", resaltó el Papa.
Alberto Hurtado Cruchaga, beatificado el 16 de octubre de 1994 por el papa Juan Pablo II es el segundo santo chileno, después de Santa Teresa de Los Andes.
El Padre Alberto perteneció a la Compañía de Jesús y fundó el Hogar de Cristo; el polaco Jozef Bilczewiski fue arzobispo de Leopoli de los Latinos, en Ucrania; el italiano Gaetano Catanoso fundó la Congregación de las Hermanas Verónicas del Santo Rostro; el también italiano Felice da Nicosia fue un religioso de la orden franciscana de los Fraile Menores Capuchinos y el polaco Zygmunt Gorazdowski fundó la Congregación de las Hermanas de San José.
La misa fue concelebrada por los 252 prelados que asistieron al Sínodo de Obispos, entre ellos el cardenal de Santiago de Chile, Franscisco Javier Errazuriz Ossa. También concelebró el cardenal chileno Jorge Arturo Medina Estévez, Protodiácono de la Iglesia Católica que fue el encargado de anunciar al mundo la elección de Benedicto XVI el pasado 19 de abril.
A la ceremonia asistió una amplia delegación chilena presidida por el presidente de Chile, Ricardo Lagos, de la que también formaron parte los presidentes del Senado y de la Cámara de Diputados, el ministro de Asuntos Exteriores y otras personalidades chilenas.