El Papa ha pedido que la paz "reine en los corazones, en las familias y en los pueblos" y que Cristo "inspire a los responsables" de los países para que cada decisión "sea siempre por el bien común", señaló
Además, ha impartido la bendición 'Urbi et Orbi' (a la ciudad y al mundo entero) y ha felicitado la Navidad en más de 65 idiomas. Benedicto XVI ha afirmado que el anuncio de la Navidad es también "luz para los pueblos, para el camino conjunto de la humanidad" ante miles de fieles congregados en la Plaza de San Pedro.
El Papa ha declarado que Cristo "ha venido como Rey de justicia y de paz" y que si faltara Dios "desaparecería la fuerza que lleva adelante el verdadero desarrollo".
Benedicto XVI ha recordado que en una sociedad en la que no está Dios, falta también el impulso "a colaborar por el bien común", así como "el servicio desinteresado del prójimo" y la lucha "pacífica por la justicia" en el mundo.
Según ha explicado el Pontífice, el nacimiento de Belén "es motivo de esperanza" para todos aquellos "cuya dignidad es ofendida y violada" porque Cristo "ha venido a liberar al hombre de la raíz de toda esclavitud".
Por otra parte, Benedicto XVI ha recordado el conflicto de Oriente Medio y ha pedido que "la luz de la Navidad" resplandezca de nuevo "en aquella Tierra donde Jesús ha nacido" e inspire a israelitas y palestinos "a buscar una convivencia justa y pacífica".
Asimismo, el Papa ha reclamado a los gobiernos que continúen con las ayudas a favor "de los que todavía sufren las consecuencias del terremoto devastador" y la reciente epidemia de cólera en Haití y que no se olvide a los afectados por las calamidades naturales sufridas en algunos países de Sudamérica este año, como Costa Rica, Venezuela, Colombia y Guatemala.
El Pontífice ha mencionado los conflictos en Darfur, Somalia y Costa de Marfil y ha insistido en la necesidad de que "el nacimiento del Salvador" abra perspectivas de "paz duradera y de auténtico progreso" a estas poblaciones.
Además, ha pedido la estabilidad política y social en Madagascar y que el tiempo de Navidad "impulse el diálogo entre Nicaragua y Costa Rica", así como que se solucione el conflicto en la Península coreana y en Afganistán.
Además, el Papa ha pedido de nuevo en su mensaje de Navidad que el amor de Dios "otorgue perseverancia a todaslas comunidades cristianas que sufren discriminación y persecución" e inspire "a los líderes políticos y religiosos" a comprometerse "por el pleno respeto de la libertad religiosa de todos".
Benedicto XVI ha lanzado un mensaje a las comunidades cristianas en China, a quienes ha manifestado su deseo de que la Navidad "refuerce el espíritu de fe, paciencia y fortaleza" y que "no se desanimen por las limitaciones a su libertad de religión y de conciencia", después de que la Iglesia patriótica obligara a varios obispos a participar en la Asamblea patriótica y nominara a un obispo sin la aprobación de la Santa Sede.
Benedicto XVI ha recordado los atentados que ha sufrido la comunidad cristiana en Irak en los últimos meses y "en todo Medio Oriente" y ha rogado que "el anuncio consolador" de la Navidad "alivie el dolor y les conforte en las pruebas".
Además, el Papa ha hecho un llamamiento a las Naciones para que impulsen "una solidaridad efectiva" con estas comunidades y para que Dios les conceda "aliento y esperanza para el futuro".