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Benedicto XVI defiende en Turquía la libertad religiosa y recalca que las religiones "no deben ejercitar el poder político"

Benedicto XVI llegó este martes a Ankara y el primer ministro turco, Tayiip Erdogan, copatrocinador de la Alianza de Civilizaciones, tan sólo le dedicó veinte minutos en el aeropuerto. A diferencia de Erdogan, el Papa sí mostró interés en el entendimiento entre cristianos y musulmanes, pero dejó muy claro que las religiones "no deben pretender ejercitar directamente el poder político" y los líderes religiosos deben "renunciar absolutamente a justificar el recurso a la violencia como expresión legítima de la práctica religiosa". Además, Benedicto XVI defendió la libertad religiosa como "condición necesaria para la edificación de la sociedad". Erdogan estaba más interesado en anunciar el supuesto apoyo de Benedicto XVI al ingreso de Turquía en la UE, que no ha sido confirmado por ningún portavoz del Vaticano.

Benedicto XVI llegó este martes a Ankara y el primer ministro turco, Tayiip Erdogan, copatrocinador de la Alianza de Civilizaciones, tan sólo le dedicó veinte minutos en el aeropuerto. A diferencia de Erdogan, el Papa sí mostró interés en el entendimiento entre cristianos y musulmanes, pero dejó muy claro que las religiones "no deben pretender ejercitar directamente el poder político" y los líderes religiosos deben "renunciar absolutamente a justificar el recurso a la violencia como expresión legítima de la práctica religiosa". Además, Benedicto XVI defendió la libertad religiosa como "condición necesaria para la edificación de la sociedad". Erdogan estaba más interesado en anunciar el supuesto apoyo de Benedicto XVI al ingreso de Turquía en la UE, que no ha sido confirmado por ningún portavoz del Vaticano.
L D (Agencias) El Pontífice valoró positivamente la laicidad del estado turco, un país al que describió como "moderno" por adoptar este sistema. En su opinión, un régimen laico como el que impuso Mustafá Kemal Ataturk en 1923 favorece una clara distinción entre sociedad civil y religión, "permitiendo así a cada una ser autónoma en su propio ámbito, respetándose siempre entre ambas".
 
Igualmente, elogió la Constitución turca por reconocer el derecho de cada ciudadano a la libertad de culto y la libertad de conciencia. "Es responsabilidad de las autoridades civiles de cada país democrático garantizar la libertad efectiva de todos los creyentes y permitirles organizar libremente la vida de sus propias comunidades religiosas", anotó.
 
Benedicto XVI dedicó también una parte importante de su discurso al conflicto en Oriente Próximo, "que perdura de una forma inquietante, pesando sobre toda la vida internacional, con el riesgo de expandirse en conflictos periféricos y de difundir acciones terroristas". Sin embargo, reconoció "los esfuerzos de numerosos países que se han empeñado en la reconstrucción de la paz en Líbano, entre ellos Turquía".
 
En este sentido, invitó al cuerpo diplomático en Turquía a que, dado el "reciente desarrollo del terrorismo" y la "evolución de ciertos conflictos regionales", respete "las decisiones de las instituciones internacionales" y las apoye, "dotándolas de medios eficaces para prevenir los conflictos y mantener zonas de neutralidad entre los beligerantes". "Todo esto es insuficiente si no se añade un verdadero diálogo escuchando a las partes involucradas, con el fin de llegar a soluciones políticas aceptables y duraderas", consideró.
 
Citando el Concilio Vaticano II, habló de la paz "no como ausencia de guerra", sino como "el fruto del orden impreso en la sociedad humana dada por su Fundador", aspirando a una "justicia cada vez más perfecta". "En realidad hemos aprendido que la verdadera paz tiene necesidad de justicia para corregir la desigualdad económica y los desórdenes políticos que son siempre tensiones y amenazas en toda la sociedad", explicó.
 
Por otra parte, Benedicto XVI aclaró que la Iglesia Católica, dada su "misión espiritual" y su "experiencia en la historia de las sociedades y las culturas", debe hacer escuchar su voz a las naciones "para que sea siempre honrada la dignidad fundamental del hombre, especialmente de los más débiles", frente al fenómeno de la globalización". Finalmente, recordó su interés de reforzar la colaboración con la  Iglesia Ortodoxa en los encuentros que mantendrá a partir de mañana con el Patriarca Bartolomeo I en Estambul.
 
Diálogo entre cristianos y musulmanes
 
Benedicto XVI también se entrevistó la máxima autoridad religiosa turca, Alí Bardakoglu, uno de los dirigentes religiosos que más criticó el discurso del Papa en Ratisbona (Alemania).

El discurso del Papa estuvo centrado en la necesidad de diálogo con los musulmanes, que dijo pertenecen a la misma familia de los cristianos, de aquellos que creen en un solo Dios. "Cristianos y musulmanes, siguiendo sus respectivas religiones, llaman la atención sobre la verdad del carácter sagrado y de la dignidad de la persona. Esta es la base de nuestro recíproco respeto y estima, esta es la base para la colaboración al servicio de la paz entre las naciones y los pueblos", dijo el Papa.

El Papa comenzó su discurso expresando respeto por todos los habitantes de Turquía y saludando "con particular estima y consideración" a los musulmanes turcos. Benedicto XVI recordó además que Turquía es un país "muy querido para los cristianos" pues aquí nacieron muchas de las primeras comunidades de la Iglesia y está unida a la historia de San Juan y San Pablo y la Virgen María. En su mensaje, el Papa recordó algunas palabras de sus predecesores, como Juan XXIII, que fue durante algunos años nuncio apostólico en Turquía cuando expresaba: "Yo amo a los turcos".

También citó en su discurso a Juan Pablo II, cuando en su viaje a este país en 1979, pidió que cristianos y musulmanes reconociesen y y desarrollasen los vínculos espirituales que les unen para "defender juntos los valores morales y la paz y la libertad". El Papa reiteró que el diálogo con los musulmanes, "como un sincero intercambio entre amigos", es una "necesidad vital" del que depende en gran medida nuestro futuro. "Estamos llamados a actuar juntos para ayudar a la sociedad a abrirse a lo trascendente, reconociendo a Dios en el puesto que tiene que tener", dijo.

El Papa también abogó por el respeto a la libertad religiosa, que dijo, "constituye la condición necesaria para la edificación de la sociedad y del comportamiento de auténtico servicio, especialmente entre los más vulnerables y pobres". Joseph Ratzinger cerró su discurso esperando que la reunión "sirva para el diálogo entre cristianos y musulmanes y se continúe por este camino de respeto y amistad". Antes de los discursos oficiales, ambos dirigentes religiosos se reunieron durante algunos minutos intercambiando opiniones sobre el diálogo entre religiones en un clima cordial.

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